El dicho asegura que los hombres son de Marte y las mujeres son de Venus. Y resulta que para decidir qué caminos tomar esta afirmación resulta muy cierta, a la hora de tomar una decisión, los caballeros tienden a precipitarse en torno a una opción mientras que las damas ven más variables y matices.
A dichas conclusiones llegó un estudio realizado en la Universidad de Warwick en el Reino Unido y publicado en la revista Archives of Sexual Behavior.
El Dr. Zachary Estes, autor del estudio aclara que esta diferencia de género no significa que un método sea mejor que otro. Por ejemplo, los médicos hombres tienden a diagnosticar una enfermedad rápidamente y con confianza al ver una serie de síntomas, aunque esta manera de hacer las cosas tiene muchas ventajas para tratar una patología, tiene obvias desventajas si el diagnóstico es erróneo. En muchos casos, un enfoque más abierto es más efectivo.
Los autores aseguran que todavía no se avaló científicamente una diferencia de género en el rubro de la toma de decisiones. Aunque en el imaginario popular muchas personas observan rasgos femeninos y masculinos a la hora de optar. Para analizar esta diferencia en el laboratorio, el Dr. Estes trabajó con 113 personas y les presentó 50 preguntas que daban para el debate. Por ejemplo, los voluntarios decidieron si el tomate es una fruta o si la pintura es una herramienta. Cada hombre y mujer respondió a todas las cuestiones y luego se analizó sus opciones y el tiempo que les tomo llegar a ellas.
Los investigadores notaron que los hombres llegan más rápido a las conclusiones, obteniendo juicios categóricos como: “el tomate es una fruta”. Las mujeres, por su parte, vieron más matices y tonos de gris en cada opción y dieron respuestas que incluían más variables. Además, ellas mostraron una tendencia 23% mayor de brindar respuestas parciales como: “el tomate puede o no puede ser una fruta.