Los recuerdos dependen del placer o el dolor que generan y género de la persona que los crea; cuando las experiencias son negativas, los hombres resultan mucho más proclives a recordarlas.
El psiquiatra Marc Lavoie de la Universidad de Montreal en Canadá encontró que las mujeres no guardan recuerdos tan claros como los hombres de las experiencias desagradables; las imágenes provocadoras afectan la capacidad de las mujeres para determinar si las vieron previamente. Además, las mujeres tienen una memoria más clara de las experiencias atractivas.
El Dr. Lavoie comenta que muy pocas investigaciones analizaron como el placer-displacer o el nivel de provocación de las experiencias modifican la capacidad de las personas para recordarlas.
En la reciente investigación, los voluntarios miraron una serie de imágenes que fueron catalogadas en cuatro categorías: poco placenteras y poco provocativas (como bebés llorando), poco placenteras y muy provocativas (como fotos de guerra), muy placenteras y poco provocativas (como fotos de gatos), y muy placenteras y muy provocativas (como las fotos eróticas).
A continuación, los voluntarios observaron nuevamente las mismas imágenes pero mezcladas con otras nuevas. En este caso debían apretar un botón para indicar si ya habían visto la imagen que se les mostraba u otro botón si era una nueva. Mientras realizaban esta actividad los investigadores registraron su actividad cerebral a través de un electroencefalograma.
El Dr. Lavoie encontró que las experiencias desagradables o las más provocativas eran las que más huellas dejaban en el recuerdo de los hombres; en las mujeres, por el contrario, estas características hacían que fuera más difícil traerlas a la memoria, el electroencefalograma mostró que el hemisferio derecho de las mujeres se activó más, ante las imágenes placenteras, y esto es lo opuesto a lo observado en los hombres.
Los hallazgos demuestran la complejidad de la memoria emocional y subrayan la importancia de tener en cuenta el placer, la capacidad de provocar y las diferencias sexuales al examinar la actividad cerebral. Los resultados del estudio se publicaron en la revista International Journal of Psychophysiology.