La Tiroides es una glándula ubicada en el cuello, que produce dos hormonas, la triyodotironina o T3 y la tiroxina o T4, que es la encargada de regular la forma en que el cuerpo utiliza y almacena la energía , es decir la manera en que realiza el metabolismo. Sin embargo, cuando por alguna causa la Tiroides reduce la producción de la hormona T4, se produce la enfermedad denominada Hipotiroidismo.
Los síntomas más característicos son: Cansancio, debilidad, depresión, aumento de peso, uñas quebradizas, debilitamiento del cabello
Si el padecimiento avanza, pueden surgir otros síntomas: Piel escamosa y seca, engrosamiento de la piel, discurso lento, inflamación de cara, manos y pies, debilitamiento en la orilla de las cejas, ronquera
En los adultos una de sus causas más comunes es la llamada Enfermedad de Hashimoto, en la cual el sistema inmunológico ataca la tiroides, incapacitándola para secretar hormonas. Otras causas son los defectos congénitos que provocan un desarrollo inadecuado de la tiroides, su extirpación o cuando el paciente se somete a tratamientos con radiación en el cuello.
Cuando esto ocurre, se reduce la producción de tiroxina, lo que se traduce en un menor ritmo de funcionamiento del organismo, generándose lentitud y pesadez física y mental. La detección de este padecimiento se puede realizar mediante un examen físico que determine si están presentes los signos físicos anteriormente descritos.
El resultado se puede comprobar mediante exámenes de sangre, que determinen si hay un alto nivel de hormona THS (que secreta la pituitaria a fin de estimular a la tiroides) y un bajo nivel de T4, que es la hormona que secreta la tiroides.
Otro estudio importante son los exámenes de sangre para determinar la cantidad de anticuerpos presentes en la sangre, que pueden indicar la presencia de la Enfermedad de Hashimoto.
Cuando el paciente no es diagnosticado y tratado adecuadamente, puede sufrir un aumento de colesterol que se traduce en problemas cardiacos, además de infertilidad, problemas mentales e incluso caer en el coma por mixedema que es mortal. En el caso de bebés que sufren este problema e manera congénita, pueden presentar problemas en su desarrollo, además de retraso mental.
El tratamiento consiste en la administración de hormona T4 sintética, que supla a la que no produce la tiroides. Esta debe consumirse de por vida incluso cuando los síntomas desaparezcan y en la dosis adecuada a cada paciente.