Helicobacter pylori es la bacteria responsable de la mayoría de las ulceras y muchos casos de inflamación del estómago. La bacteria puede debilitar la cubierta protectora del estómago, permitiendo que los jugos digestivos irriten el revestimiento estomacal.
Una gran parte de la población mundial está infectada con Helicobacter pylori. Las personas que viven en condiciones de hacinamiento o insalubridad tienen mayor probabilidad de contraer la bacteria, que se transmite de una persona a otra y por alimentos o bebidas contaminados. Tomar café, fumar y consumir alcohol incrementan el riesgo de una úlcera a causa de H. pylori.
Para establecer el diagnóstico se requieren pruebas simples de sangre, del aliento y exámenes coprológicos, que pueden determinar si se está infectado con H. pylori.
La forma más precisa de diagnosticar H. pylori es a través de una endoscopía del esófago, el estómago y el duodeno. Dado que este procedimiento es invasivo, generalmente sólo se hace en personas sospechosas de tener una úlcera o en alto riesgo de padecer úlceras u otras complicaciones.
El tratamiento consiste en la administración de antibióticos durante 10 a 14 días.
La infección por H. pylori puede ser un factor de riesgo para el cáncer de estómago.