Según un informe del gobierno, uno de cada seis niños en los Estados Unidos tiene algún tipo de discapacidad del desarrollo. El número ha ido en constante aumento a lo largo de la última década.
El estudio se basó en las encuestas nacionales de los niños menores de 18 años. Se incluye una amplia gama de discapacidades, incluyendo el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH), autismo, ceguera, parálisis cerebral, pérdida de la audición, convulsiones, el tartamudeo o balbuceo y otros retrasos en el desarrollo.
De 1997 a 2008, la proporción de niños con por lo menos una de las condiciones aumentó a más del 15 %. Esto se traduce en un aumento de 1,8 millones de niños.
Actualmente existe un mayor énfasis en el tratamiento temprano, y los padres tienen más probabilidades de estar al tanto de las condiciones, lo que significa que los niños que pueden haber sido diagnosticados previamente están siendo reconocidos.
El aumento también puede deberse a un cambio en los factores de riesgo, como los padres que tienen hijos más tarde en la vida y tener más bebés prematuros.
Las tasas del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) entre los niños representaron la mayor parte del aumento, mientras que los índices de autismo mostraron el crecimiento más rápido. Los profesionales médicos deberán estar preparados para atender al creciente número de niños con trastornos del desarrollo, los padres insistir en que sus hijos sean evaluados, ya que es posible que a pesar del notable aumento, un número de niños puede no ser diagnosticado a tiempo
Mientras más temprano es diagnosticada una discapacidad del desarrollo, menos se va a afectar el curso de la vida de un niño. Para minimizar el riesgo de que un niño nazca con una discapacidad, es importante reducir los factores de riesgo como la obesidad materna y el tabaquismo el consumo de drogas, medicamentos contraindicados en el embarazo, una buena nutrición y la estimulación mental es también clave en el fomento de un desarrollo saludable.
Al disminuir o eliminar estos factores de riesgo, podremos ver una disminución de la discapacidad infantil en la próxima década.