Un grupo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, de España halló seis proteínas que favorecen la diseminación metastática del cáncer de mama hacia el pulmón, la eliminación de estas soluciones compuestas disminuye el crecimiento del tumor en la mama, así como su expansión, lo que puede devenir en futuras terapias.
Lograron identificar una huella genética en las células de cáncer de mama que permiten predecir la evolución del tumor, así como recurrencias en la enfermedad y las probabilidades de que se desarrolle la metástasis.
La inactivación de las proteína Vav3 y Vav2, que regularmente se encuentra en altas concentraciones en el cáncer de mama, en modelos animales permitió conocer cuál era el papel que jugaban en un tumor canceroso. Los resultado mostraron que ambos compuestos, en coordinación, activan el crecimiento del tumor y posteriormente la metástasis. Los especialistas investigaron si estas proteínas podían ser usadas como indicadores para un diagnostico clínico.
Así encontraron otras 4 proteínas, Ilk, Inhibina betaA, ciclooxigenasa 2 y Tacstd2, las cuales cuando se inhiben genéticamente disminuyen el tumor y se elimina el riesgo de metástasis.
La inhibición de estas seis proteínas, de forma conjunta o individual, pueden usarse como posibles tratamiento terapéuticos. Con métodos metagenómicos y bioinformáticos, los investigadores confirman una firma genética en pacientes con cáncer de mama, la cual se limita a 102 genes que podrán predecir los parámetros de evolución del tumor canceroso.
Así se podrá conocer el grado de supervivencia de la persona que padece el tumor, la posibilidad de recurrencia de la enfermedad o el posible desarrollo de metástasis, declara uno de los investigadores el Dr. José Bustelo, que este trabajo ha identificado nuevas posibilidades terapéuticas y demostrado a nivel pre-clínico que potencialmente serían de interés las proteínas en este tipo de cáncer.
Y agrega su implementación práctica vendrá condicionada por la capacidad de desarrollar en un futuro próximo fármacos capaces de inhibirlas de manera efectiva y que funcionen sin efectos colaterales tóxicos en los pacientes con cáncer.
En cuanto a la huella genética, esta podrá implementarse rápidamente si alguna empresa está interesada en su comercialización. Los resultados del estudio, que aparecen en la revista Science Signaling, ha proporcionado a los investigadores dos patentes que protegen las posibilidades terapéuticas y la firma genética de diagnóstico, ambas registradas por la Universidad de Salamanca.