Científicos descubrieron un compuesto que actúa como un «apagador» molecular en las mujeres: si sus niveles son altos se incrementa el riesgo de infertilidad y si sus niveles son bajos aumenta el riesgo de un aborto.
Se trata de una enzima llamada SGK1 que se encuentra en el recubrimiento del útero, dice el estudio publicado en Nature Medicine.
El hallazgo, afirman los científicos del Imperial College de Londres, encabezados por el Dr. Jan Brosens, además de tener implicaciones para el tratamiento de la infertilidad y del riesgo de aborto recurrente, puede conducir al desarrollo de nuevos anticonceptivos.
Tal como explican los investigadores, una de cada seis mujeres tiene dificultades para quedar embarazada y una de cada 100 que intentan concebir sufren abortos recurrentes, los cuales se definen como la pérdida de tres o más embarazos consecutivos.
Para el estudio los científicos analizaron muestras de tejidos del recubrimiento del útero que habían donado 106 mujeres que estaban recibiendo tratamiento de infertilidad no específica y abortos recurrentes.
Los análisis mostraron que las mujeres con infertilidad que habían estado tratando de quedar embarazadas durante dos años o más tenían niveles altos de la enzima SGK1.
Por otra parte, en los úteros de las mujeres que habían sufrido aborto recurrente se encontraron niveles bajos de SGK1. Para confirmar la importancia de este compuesto, los investigadores llevaron a cabo estudios con ratones y descubrieron que los niveles de SGK1 en el útero disminuyen durante el periodo en que los animales pueden concebir.
Cuando los científicos implantaron copias adicionales del gen SGK1 en el recubrimiento del útero, las ratonas no pudieron quedar embarazadas. Esto sugiere, que la disminución en los niveles de SGK1 es esencial para hacer que el útero sea receptivo al embrión.
Sin embargo, agregan, si durante el embarazo persisten los niveles bajos de SGK1, esto parece causar problemas diferentes. Cuando los científicos bloquearon el gen SGK1 en las ratonas, no tuvieron problemas para quedar embarazadas pero tuvieron crías más pequeñas y durante el embarazo mostraron indicios de sangrado.
Esto sugiere que la falta de SGK1 aumenta las probabilidades de un aborto.
Los experimentos con ratones muestran que una pérdida temporal de SGK1 durante la ventana fértil es esencial para el embarazo, afirma el profesor Jan Brosens.
Las muestras de tejidos humanos revelan que las mujeres con niveles que permanecen altos muestran problemas para embarazarse.
Otra aplicación potencial es que el incremento de los niveles de SGK1 puede ser un nuevo método anticonceptivo.
Por su parte el Dr. Madhuri Salker, quien también trabajó en el estudio, señala que en el futuro, podremos tomar biopsias del recubrimiento del útero para identificar anormalidades que puedan conducir a un riesgo más alto de complicaciones en el embarazo y para comenzar a tratar a la paciente antes de que se embarace.
Los expertos subrayan, que todavía será necesario llevar a cabo más estudios antes de poder llevar este hallazgo a la práctica.