Caminar es una excelente manera de mejorar la salud y una actividad fácil de integrar en la mayoría de los estilos de vida.
¿Tienes la fortuna de caminar para llegar al trabajo? Si es así, y dudas sobre si hacerlo o no, ten en cuenta las alternativas existentes en la ciudad: la espera de autobús y/o metro, la sensación de sentirte enlatado dentro del metro o la de estar atrapado en el tránsito.
Aprovecha y date un paseo hacia el trabajo. No sólo evitarás situaciones estresantes sino que liberarás buena parte de la tensión acumulada en el día a día.
Para mantenerte en forma así como un mantener tu corazón sano, es recomendable al menos media hora de ejercicio físico diario. Caminar es una excelente manera de lograr este objetivo.
Es un ejercicio que, con un poco de creatividad, puedes aplicar fácilmente a tu vida diaria. Por ejemplo, subiendo el autobús no en tu parada habitual sino en la siguiente, o estacionando en una zona algo más retirada del lugar de trabajo. Con pequeños cambios como estos puedes llegar a cubrir tu cuota semanal de ejercicio físico.
Caminar, y en general practicar ejercicio físico puede ayudar a prevenir la osteoporosis, el riesgo de infarto del miocardio. A continuación enlistamos otras ventajas:
Mejorará tu capacidad de concentración
Disminuirán los efectos del estrés
Dormirás mejor
Te sentirás mejor
Te ayudará a controlar el peso
Reducirás la probabilidad de padecer enfermedades comunes
Colaborarás con el medio ambiente
Si tienes por delante un largo paseo y has estado previamente en reposo, antes de ponerte en marcha, debes pasar un par de minutos haciendo unos sencillos ejercicios de estiramiento que te ayudarán a prevenir la rigidez corporal, a tonificar tus músculos y a eliminar grasa.
Para empezar:
Si vas a ir al trabajo caminando al día siguiente, no te lleves muchos papeles a casa, ya que es muy probable que vayas con un peso excesivo.
Haz todo lo posible por descansar bien durante la noche (caminar te ayudará a conciliar el sueño ya que te sentirás algo cansado).
Tómate un buen desayuno antes de salir de casa. Las frutas, las tostadas, los cereales, el yogur con miel son una buena fuente de energía.
Ponte calzado cómodo, preferentemente, zapatos flexibles o botas ligeras, especiales para caminar. Es ideal que el calzado esté hecho de un material que permita la transpiración del pie y que tenga una suela que absorba bien el choque del pie con el suelo. En el trabajo puedes tener unos zapatos más formales para cambiarte al llegar.
Viste prendas holgadas y ligeras que te puedas poner o quitar fácilmente.
De ser posible, lleva tus cosas en una mochila que puedas ajustarte a la espalda. Los bolsos para colgar del hombro pueden crearte molestias en la columna y en los músculos de la espalda al generar asimetrías en la posición. Si tienes que llevar más una bolsa, asegúrate de que el peso está distribuido uniformemente y carga una bolsa en cada mano.
Lleva una botella de agua para prevenir la deshidratación, y no esperes a estar sediento para tomar un sorbo.
Planifica una ruta accesible y cómoda para ir a pie. Una buena idea es atravesar un parque.