Los investigadores del Instituto Wellcome Trust Sanger en Inglaterra y la organización Cancer Research Uk dirigidos por el Dr. David Tuveson, identificaron un gen que cuando está «apagado» protege a las células cancerosas y provoca la rápida propagación de la enfermedad.
También encontraron que con varios fármacos que ya se están probando en ensayos clínicos se puede «encender» a este gen y evitar el progreso del cáncer.
El hallazgo involucra a la forma más agresiva de cáncer pancreático, que mata a una de cada cinco personas que desarrollan este tipo de tumor un año después de ser diagnosticadas.
La investigación aparece publicada en la revista Nature.
A menudo es difícil diagnosticar la enfermedad porque generalmente sólo presenta síntomas cuando el tumor está avanzado y aún los síntomas en estados avanzado son difíciles de diagnosticar porque varían de un paciente a otro. Debido a sus bajas tasas de supervivencia, el cáncer pancreático es considerado «el asesino silencioso», tampoco se han logrado identificar las causas específicas del trastorno.
Aunque se sabe que el historial familiar es un factor de riesgo importante, hasta ahora no se habían logrado identificar los genes involucrados en la enfermedad. el equipo de investigadores descubrió un gen, llamado USP9X, que juega un papel esencial en la evolución del trastorno.
Encontraron que cuando el USP9X está apagado, las células de páncreas cancerosas quedan protegidas de los procesos naturales de muerte celular en el organismo, y esto les permite volverse más agresivas y propagarse rápidamente.
Estudios con ratones habían demostrado que en animales sanos el gen evita que una célula se divida de forma descontrolada, pero en las células pancreáticas cancerosas se encontró el gen apagado, ésta no es una mutación -o defecto- genético, sino que lo que provoca la desactivación es la adherencia de compuestos químicos a la célula.
La genética del cáncer pancreático ya había sido investigada con cierto detalle, de manera que sorprendió descubrir que este gen no hubiera sido identificado antes, afirma el Dr.Tuveson.
Sospechaban que la falla no tenía que ver en absoluto con el código genético, sino con los marcadores moleculares en la superficie del ADN encargados de encender y apagar a los genes, y cuando llevaron a cabo más pruebas de laboratorio lograron confirmarlo.
Para el estudio, los científicos utilizaron ratones con cáncer pancreático para buscar cuáles eran los genes que están acelerando el crecimiento del tumor. En el análisis usaron una tecnología que buscaba específicamente un tipo de genes, llamados supresores de tumores, que normalmente deben proteger contra el desarrollo de cáncer.
Estos genes son una especie de frenos en las células porque cuando tienen defectos no hay forma de evitar que la célula de multiplique sin control y provoque el cáncer, se cree que el gen USP9X puede ser defectuoso en un 15% de los tumores pancreáticos.
Y esto plantea la posibilidad de que fármacos que ya están disponibles actualmente -y que son capaces de remover estos marcadores moleculares- pueden ser una forma efectiva de tratar algunos casos de la enfermedad. El estudio fortalece la idea de que deben investigar la biología de las células para identificar todos los genes que juegan un papel en el cáncer.