Dejar de fumar después de un infarto daría mejor resultado que cualquier medicamento, pero un equipo de Italia asegura que volver a hacerlo después de salir del hospital quintuplica el riesgo de morir.
Las personas que volvieron a fumar después de estar hospitalizados por un síndrome coronario agudo, eran 3 veces más propensas a morir al año que las que abandonaron la adicción, de acuerdo a un estudio dirigido por el Dr. Furio Colivicchi, de San Filippo Neri Hospital, Roma.
La recaída es uno de los principales factores de riesgo de la sobrevida, comenta el Dr. David Katz, profesor de medicina interna de la Escuela Carver de Medicina de University of Iowa, EE UU.
Dejar de fumar tiene el mismo efecto protector en los pacientes con síndrome coronario agudo, que los fármacos recomendados para bajar la presión o el colesterol.
El equipo del Dr. Colivicchi siguió a 1294 pacientes que fumaban con regularidad antes de ser hospitalizados con síndrome coronario agudo, todos dejaron de fumar en el hospital y dijeron que estaban motivados para sostener la abstinencia total de tabaco.
Recibieron algunas sesiones cortas para abandonar el tabaquismo en el hospital, pero sin reemplazos de nicotina u otra ayuda para dejar de fumar al salir del hospital.
Los autores les preguntaron a los pacientes si habían vuelto a fumar a 1, 6 y 12 meses después del alta hospitalaria. Hallaron que 813 (63 %) había recaído al final del primer año. La mitad había comenzado a fumar nuevamente a los 20 días del alta.
En un año murieron 97 pacientes; 81 de esas muertes fueron por causas cardiovasculares, según publica la revista American Journal of Cardiology.
Tras considerar la edad de los pacientes y otras variables, el equipo halló que volver a fumar triplicó el riesgo individual de morir. Cuanto antes un paciente retomaba la adicción, era más propenso a morir en un año; los que volvieron a fumar a los 10 días del alta del hospital fueron 5 veces más propensos a morir que los que sostuvieron la abstinencia.
Muy pocos pacientes recayeron después de 6 meses de abstinencia, si una persona puede mantenerse sin fumar durante 6 meses, es probable que la adicción esté controlada, comenta la Dra. Nancy Rigotti, directora de la Unidad de Investigación sobre el Tabaco y el Tratamiento de Massachusetts General Hospital, Boston.
Los resultados indican la necesidad de mejorar cómo los médicos ayudan a los pacientes a fumar, ya que no suele tomarse en cuenta seriamente el tratamiento del tabaquismo en el hospital y las terapias recomendadas aún no logran implementarse en la práctica.
Fuente: American Journal of Cardiology