Comer fresas, cerezas, arándanos y otras frutas del bosque ayudan a mantener la agudeza mental y a reducir la pérdida de memoria, afirma un estudio.
Las frutas del bosque, en particular los arándanos, tienen altos niveles de compuestos antioxidantes.
Los investigadores encabezados por la Dra. Elizabeth Devore, del Hospital Brigham y de Mujeres en Boston, EUA, encontraron que el alto consumo de estos productos, que son ricos en compuestos antiinflamatorios y antioxidantes, puede retrasar de 2,5 años el deterioro cognitivo que ocurre con el envejecimiento.
El estudio, que involucró a más de 121.000 mujeres, aparece publicado en la revista Annals of Neurology.
Este estudio, afirman los investigadores, es el más amplio y más largo que se ha realizado sobre este vínculo. Los estudios pasados han mostrado, por ejemplo, que los arándanos, en particular los azules, son considerados «superfrutas» por su extraordinario nivel de flavonoides.
Los flavonoides son compuestos que se encuentran de forma natural en los vegetales y tienen poderosas propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, se cree, por ejemplo, que estas sustancias son capaces de prevenir la oxidación, una reacción química que puede dañar o matar a las células.
Como este proceso de estrés oxidativo parece ser una parte esencial en muchas enfermedades, desde hace tiempo los investigadores estudian a estos compuestos por su potencial tratamiento para varios trastornos, incluido el cáncer y las enfermedades cardiovasculares.
Los expertos creen que los procesos de estrés e inflamación contribuyen también al deterioro cognitivo y que incrementando el consumo de flavonoides se pueden mitigar esos efectos perjudiciales. La Dra. Devore, analizó los registros médicos de 121.700 mujeres de entre 30 y 55 años.
Todas eran enfermeras registradas que estaban participando en el Estudio de Salud de Enfermeras llevado a cabo en Estados Unidos, para el sondeo las participantes debían llenar cuestionarios sobre su salud y estilo de vida.
Después, entre 1995 y 2001, las participantes de más de 70 años fueron sometidas a pruebas de memoria cada dos años. Los resultados mostraron que las mujeres que comían niveles altos de frutas del bosque, en particular fresas y arándanos azules, tuvieron una pérdida de memoria más lenta un retraso de 2,5 años en promedio que quienes no los comían.
Entre las mujeres que consumían dos o más porciones de fresas y arándanos azules cada semana vimos una reducción modesta en la pérdida de memoria.
Los estudios han demostrado que nuestras capacidades cerebrales, que incluyen el razonamiento, la memoria y la comprensión, comienzan a deteriorarse desde los 45 años.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) más de 35 millones de personas viven con demencia en el mundo y el número se duplicará en el 2030.