Murió como vivió,escribió la familia en el texto. Luchó con fuerza hasta el final, mantuvo una actitud positiva, sólo pensaba en los demás y recordaba constantemente a todos, las grandes bendiciones que había tenido en la vida. Sus ambiciones eran grandes, pero nunca creyó que para alcanzarlas debía abandonar Happy Valley, la región en torno del campus universitario. Fue un hombre dedicado a su familia, su universidad, sus jugadores y su comunidad.
El hijo de Joe Paterno, Scott, anunció el 18 de noviembre que su padre recibía tratamiento por un cáncer de pulmón, diagnosticado a mediados de ese mes, cuando acudió al médico por una bronquitis. Un par de semanas después, Paterno se fracturó la pelvis en una caída.
A la largo de su carrera, Paterno obtuvo 409 victorias en 46 temporadas, además de dos campeonatos nacionales. Pero su reputación labrada con el ideal de ganar quedó mancillada cuando su ex entrenador asistente, Jerry Sandusky, fue acusado de abusar sexualmente de 10 menores de edad en un periodo de 15 años, en algunos casos, dentro del edificio del equipo de futbol americano de la universidad. Al conocerse las denuncias contra Sandusky, Paterno dijo que renunciaría al final de la temporada, pero las autoridades de la universidad lo despidieron el 9 de noviembre.
En total, Paterno guió a cinco equipos en temporadas invictas y sin empates. Los Nittany Lions disputaron 37 finales de postemporada o tazones. Más de 250 de los jugadores que dirigió terminaron en la liga profesional NFL.
Pasará a la historia como el más grande entrenador de futbol americano colegial de todos los tiempos comenta el coach de Ohio State, Urban Meyer, después que su equipo de entonces, los Gators de Florida, derrotara 37-24 a Penn State en el Outback Bowl del año pasado.