Investigadores dirigidos por la Dra. Teresa Giráldez de la Unidad de Investigación del Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria de Tenerife en España, constataron que al activar en ratones una proteína neuronal son capaces de evitar las convulsiones propias de la epilepsia, lo que puede ser un factor protector contra esta enfermedad.
En el proyecto colaboraron también dos investigadores de la Universidad de La Laguna, Diego Álvarez de la Rosa y Tomás González, así como el grupo de José Antonio Lamas de la Universidad de Vigo y Álvaro Villaroel de la Unidad de Biofísica de la Universidad del País Vasco.
La Dra. Giráldez detalla que el equipo trabaja en un grupo de enfermedades que se llaman de forma general canalopatías, pues se asocian a fallos en la función de ciertas proteínas, los canales iónicos, que están implicadas en la función eléctrica de las células que componen el músculo, corazón o cerebro.
La llamada electricidad celular es iónica, producida fundamentalmente por el flujo de iones potasio, sodio, calcio o cloro y el grupo de investigadores estudia los canales que los regulan.
El grupo de investigación encontró un nuevo papel de una proteína quinasa neuronal (llamada SGK1.1) como reguladora de un canal específico de potasio, el Kv7, que está relacionado con un tipo de epilepsia que genera convulsiones neonatales.
El fallo en la función de este canal es lo que provoca la epilepsia y los investigadores trabajan para buscar «activadores» de Kv7 para que actúen como posibles antiepilépticos, uno de los medicamentos antiepilépticos que se administra actualmente (la retigabina) actúa sobre el mismo canal iónico, la proteína quinasa es una enzima que modifica químicamente otras proteínas para activarlas o desactivarlas, y en este caso la SGK1.1 podría ser un activador fisiológico de los canales Kv7.
El primer paso en el laboratorio de la Dra. Giráldez fue generar ratones «transgénicos» en los que esta proteína quinasa neuronal SGK1.1 funciona de manera permanente y compararlos con ratones en los que la proteína quinasa funciona de manera normal.
A continuación, estudiaron la respuesta de estos dos tipos de ratones a los que se indujeron convulsiones epilépticas en el laboratorio y comprobaron que qienes tenían las quinasas activadas todo el tiempo no las han sufrido, son resistentes a dichas convulsiones y en ningún caso llegan a una crisis epiléptica persistente asociada a daño neurológico.
Detalla la Dra. Giráldez que si soncapaces de activar la quinasa SGK1.1 todo el tiempo se protege al ratón contra la generación de convulsiones, habrán encontrado un factor protector frente a ellas. Los resultados del estudio se publicaron en la revista The Journal of Neuroscience.
La Dra. Giráldez apunta que es muy importante estudiar la base molecular de una enfermedad para poder llegar a tratarla en profundidad, para lo que la investigación básica y la clínica deben estar estrechamente unidas.