La técnica pasa pequeñas corrientes eléctricas que mejoran el aprendizaje.
Aplicar cargas de estímulos eléctricos en ciertas regiones del cerebro puede ayudar a incrementar su actividad y mejorar el proceso de aprendizaje, revela un estudio.
Los científicos de la Universidad de Oxford, Inglaterra, estudiaron los cambios en la estructura del cerebro que sufren las personas con enfermedad vascular cerebral (EVC), como embolias y derrames, y lo compararon con el estado cerebral de adultos sanos.
Los investigadores utilizaron imágenes de resonancia magnética funcional para monitorear la actividad cerebral de los pacientes mientras eran sometidos a terapias de reaprendizaje de habilidades motoras, las cuales habían perdido como resultado de su accidente vascular cerebral.
El estudio, encontró que el cerebro es sumamente flexible y después de que ocurre una lesión que causa daños puede reestructurarse a sí mismo, es capaz de volver a crecer nuevas conexiones y de reasignar tareas a diversas áreas
La Dra. Heidi Johansen-Berg y su equipo investigaron la posibilidad de utilizar estimulación eléctrica no invasiva para ayudar a la recuperación de las habilidades motoras perdidas.
Inicialmente notaron una mejora temporal en los pacientes de accidente vascular cerebral.
Pero se quedaron muy sorprendidos al descubrir que al aplicar esa misma estimulación cerebral a adultos sanos éstos lograron acelerar significativamente la velocidad de su aprendizaje.
Para observar este efecto, el equipo diseñó un experimento en el que voluntarios memorizaban una secuencia para apretar botones como si estuvieran tocando una melodía en un piano.
Aunque la estimulación no logró incrementar el mejor rendimiento de los participantes, la velocidad a la que lograron su mejor resultado se incrementó significativamente
Mientras llevaban a cabo esa tarea se les colocó un dispositivo de «estimulación de corriente transcraniana», con el cual se ponen dos electrodos en una posición específica de la cabeza.
El dispositivo funciona pasando una corriente eléctrica muy pequeña entre los electrodos a través del cerebro y, dependiendo de la dirección de la corriente, incrementa o disminuye la actividad en esa región del cerebro.
Los resultados del experimento de apretar botones mostraron efectos positivos en el aprendizaje con sólo 10 minutos de estimulación cerebral.
En otros voluntarios en quienes se utilizó un dispositivo placebo que no involucraba estimulación eléctrica no se vieron esos efectos.
Al dirigir la corriente a la zona del cerebro que controla las habilidades motoras se logró aprender tareas de movimiento mucho más rápido.
Los científicos creen que la técnica podría también utilizarse para ayudar al entrenamiento de atletas.
Y esperan que el método pueda aplicarse a otras regiones del cerebro para mejorar el aprendizaje educativo, simplemente colocando los electrodos en distintos lugares para que la corriente sea dirigida a la zona correcta.
La Dra. Johansen-Berg y su equipo planean investigar si es posible incrementar el efecto en el aprendizaje llevando a cabo estímulos eléctricos cerebrales diarios durante un período de semanas o meses.