- A nivel cardiovascular nos beneficia cuando tenemos colesterol alto o triglicéridos.
- Para las personas intolerantes a la leche de vaca o a la lactosa, para los celiacos a quienes los lácteos a menudo no le caen demasiado bien y, en general, para aquellos que buscan un sustituto de los lácteos.
- En hospitales es muy útil sobre todo para los postoperatorios ya que la persona necesita alimentos que le nutran pero que sean de fácil digestión. La almendra es de los frutos secos más ricos en potasio. Ideal también para evitar la hiponutrición de esos enfermos ya que también es rica en fibra.
- La leche de almendras al ser muy pobre en sodio y rica en potasio es adecuada para casos donde hay pérdida de potasio: diarreas, vómitos, tratamientos con diuréticos que eliminan potasio. Y para casos donde el sodio sea un problema: hipertensión arterial o bien en enfermedades donde se produce un aumento de líquido extracelular (edema) como cardiopatías, afecciones renales y cirrosis hepática.
- En muchos casos de alergias alimentarias si sustituimos la leche de vaca por alguna vegetal, como la leche de almendras, hay personas que presentan una gran mejoría.
- A nivel digestivo es de gran ayuda en casos de dispepsias gastro-intestinales, gastritis y como regulador del peristaltismo intestinal.
- Por su buena relación calcio /fósforo, la leche de almendras es un alimento ideal para diversos grupos de población; por un lado, durante las etapas de crecimiento y adolescencia, donde ambos nutrientes juegan un papel esencial en la formación de huesos y por otro lado, en mujeres gestantes o durante la lactancia, pues puede cubrir en parte los requerimientos minerales, y personas de edad avanzada, donde una dieta rica en calcio constituye una medida importante de prevención contra el desarrollo de la osteoporosis.
- Tiene un alto porcentaje de fibra soluble e insoluble con lo cual: protege la pared intestinal, sobre todo a nivel del colon y regula la velocidad de absorción de azúcares y colesterol. En presencia de fibra la velocidad de absorción de glucosa puede disminuir hasta en un 50%; este hecho constituye la base para su uso clínico en el tratamiento de la diabetes insulino-dependientes tipo I y para el tipo II (insulino no dependientes)
Información nutricional de la leche de almendras (por 100 su cantidad de proteína (11 – 13 g.) la hace idónea para suplementar y en ocasiones complementar las proteínas de origen animal.
Aunque las proteínas de la almendra no alcancen la calidad de las proteínas consideradas nobles (leche y huevo), tienen una composición en aminoácidos esenciales muy equilibrada.
La leche de almendras es muy adecuada tanto para niños como para ancianos, grupos de población que consumen con cierta frecuencia alimentos de alto valor calórico pero que aportan pequeñas proporciones de aminoácidos.
Lípidos (9,5 – 11,5 g.), la almendra es muy rica en ácido linoleico que es precursor del ácido araquidónico y por tanto de las diferentes series de eicosanoides, tan importantes en el equilibrio tanto en tejidos como en órganos. Su déficit produce retraso en el crecimiento, enfermedades de la piel y alteraciones nerviosas.
La leche de almendras también aporta mucho ácido oleico, que es el más apropiado para el mantenimiento de una adecuada proporción entre lipoproteínas de alta densidad y lipoproteínas de baja densidad.
Según el estudio realizado por el nutriólogo Gary Fraser, sobre una población de 34.000 personas sometidas a una dieta vegetariana baja en grasa, concluyó que las personas que comían más frutos secos, padecían menos enfermedades cardíacas.
El Dr. Gene Spiller del Health & Research Studies Center, en Los Altos, California, demostró que el consumo de la leche de almendras reduce el colesterol sanguíneo el doble que el aceite de oliva.