La evidencia científica descarta cada vez más la posibilidad de una relación entre el uso de teléfonos celulares y el desarrollo de tumores cerebrales, a pesar de recientes declaraciones sobre el potencial cancerígeno de esos aparatos, indicó un nuevo estudio encabezado por el Dr. Anthony Swerdlow, del Instituto de Investigación del Cáncer de Gran Bretaña.
Los especialistas hallaron que no existirían mecanismos biológicos establecidos a través de los cuales las señales de radio de los celulares podrían generar los tumores.
Aunque existe cierta incertidumbre, la tendencia en la evidencia acumulada es cada vez mayor contra la hipótesis de que el uso de teléfonos móviles pueda causar tumores cerebrales en los adultos, escribieron los expertos en la revista Environmental Health Perspectives.
El uso de teléfonos móviles ha aumentado drásticamente desde comienzos de la década de 1980. Actualmente hay en uso unos 5.000 millones de aparatos y la controversia sobre su posible relación con los principales tipos de tumores cerebrales -glioma y meningioma- nunca había llegado tan lejos.
El estudio realizado, observó a casi 13.000 usuarios de telefonía celular durante 10 años.
Otros estudios de varios países no hallaron indicios de aumento en los tumores cerebrales hasta 20 años después de la introducción de los teléfonos móviles y 10 años después de que se expandiera su uso.
En ciencia, probar la ausencia de un vínculo es siempre más complejo que encontrar una asociación, y El Dr. Swerdlow señala que en los próximos años será más claro si existe o no una relación entre los celulares y el cáncer.
Incluso ante las limitaciones de la evidencia, este informe es claro sobre que cualquier riesgo parece ser tan pequeño que es muy difícil de detectar; aun en las masas de personas que actualmente usan teléfonos móviles.
El Dr. Swerdlow es presidente del Comité Permanente sobre Epidemiología de la Comisión Internacional sobre Protección de la Radiación No Ionizante, la comisión es la entidad internacional, reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que confecciona las guías sobre los límites de exposición a radiación no ionizante.
Reuters Health