Un nuevo informe, que estuvo a cargo de Jeff Levi, director ejecutivo de Trust for America’s Health, revela que las tasas de obesidad aumentaron en el último año en 16 estados de EE UU, y ni un solo estado reportó un declive en la proporción de residentes con exceso de peso.
El informe, halló que más del 30 % de las personas son obesas en doce estados. Hace cuatro años, esto sucedía en apenas un estado.
Hace veinte años no había un solo estado que tuviera una tasa de obesidad superior al 15 %, y ahora todos los estados la superan. Se ha visto un cambio dramático en una generación, y no se trata solo de cuánto pesa la gente, sino de problemas graves de salud como la diabetes y la hipertensión.
A excepción de Michigan, los 10 estados más obesos están en el sur. El noreste y el oeste reportaron las tasas más bajas de obesidad. Además, en ocho estados más del 10 % de los adultos sufren de diabetes tipo 2, según el informe.
Mississippi, donde el 34.4 % de las personas son obesas, tiene la mayor tasa de obesidad. Otros estados con tasas de obesidad por encima del 30 % incluyen a Alabama, Arkansas, Kentucky, Luisiana, Michigan, Misuri, Oklahoma, Carolina del Sur, Tennessee, Texas y Virginia Occidental. Otros 38 estados tienen tasas de obesidad superiores al 25 %.
Por segundo año consecutivo, las tasas de obesidad aumentaron en Illinois, Kentucky, Massachusetts, Misuri, Rhode Island y Texas, y por tercer año consecutivo, más residentes de Florida, Kansas, Maine, Oklahoma y Vermont se hicieron obesos.
Colorado, con una tasa de obesidad de 19.8 %, es el único estado en que la tasa es inferior al 20 %.
Otros puntos destacados por el informe:
•El número de adultos que no hace ejercicio aumentó en 14 estados.
•La obesidad aumentó en los hombres de 9 estados, pero se redujo en las mujeres de Nevada.
•La prevalencia de obesidad varía según la educación y los ingresos. Los menos educados y los más pobres tenían las tasas más altas de obesidad. Los que se habían graduado de la universidad tenían la tasa más baja.
Más de un tercio de los niños y adolescentes son obesos o tienen sobrepeso, y la mayor prevalencia está en el sur. Sin embargo, los nuevos datos indican que la obesidad en los niños y adolescentes podría haberse nivelado.
Esta generación de niños podría tener unas vidas más cortas, porque las personas contraen diabetes e hipertensión mucho antes.
Añadió que la solución es sencilla: comer menos y hacer más ejercicio. Hemos reconstruido nuestras vidas de forma que no hacemos actividad física. Tenemos vecindarios y comunidades que son desiertos alimentarios, donde la única comida que se halla es comida rápida poca sana.
Comenta Samantha Heller, dietista de Fairfield, Connecticut, que la obesidad infantil es un problema complejo y multifacético que debe ser abordado desde muchos ángulos distinto, el informe debería ofrecer formas de educar a los padres y cuidadores sobre una dieta sana para los niños.
Los padres y los cuidadores toman alrededor del 75 % de las decisiones alimentarias para los niños, así que es esencial que sepan sobre los alimentos saludables.
El Dr. David L. Katz, experto en obesidad y director del Centro de Investigación sobre la Prevención de la Facultad de medicina de la Universidad de Yale en New Haven, Connecticut, comenta que el informe es un importante recordatorio de que la obesidad está entre los problemas de salud pública más urgentes de nuestro tiempo. Aunque los esfuerzos por revertir las tendencias en obesidad se multiplican, la marea aún no ha cambiado de sentido, y se debe hacer más.
El informe pone en claro que las intervenciones se deben adaptar a distintos ámbitos, la raíz de la epidemia de obesidad está en toda la vida moderna, y cambiar de camino conllevará mucha programación eficaz en conjunto.
Fuente: HealthDay