La búsqueda de atención adopta muchas formas, pero las personas que mienten en foros online con historias de niños enfermos emplean una de las más dolorosas, escribe Jolyon Jenkins.
La historia de Charly Johns.
Era difícil para su madre, Ana. Ella se unió al foro online de la conocida organización Macmillan, dedicada a apoyar a los enfermos de cáncer. Ahí encontró ayuda y la comprensión de personas que sabían exactamente por lo que estaba pasando.
Por dos años, Anna los tuvo al día sobre el progreso de Charly. «En general, está bien», escribía «Está feliz y animada. Siempre es la primera en reírse de cualquier cosa, y la última en detenerse. Nadie podría adivinar por lo que ha pasado los últimos 14 meses». En noviembre del año pasado, Charly perdió su batalla por la vida. En el foro de Macmillan hubo una avalancha de mensajes de condolencia. Algunos escribieron poemas en memoria de Charly. Otros se pintaron las uñas rosadas, de acuerdo con su último deseo. Incluso hombres.
Todo resultó ser una mentira. Charly no existía. Ni tampoco Anna.
Todo era una patraña, descubierta cuando se supo que la iglesia en París donde supuestamente se llevaría a cabo el funeral de Charly no tenía ningún registro de ella.
La autora de la mentira era una adolescente. Las fotos de «Charly» eran de ella misma, más pequeña.
El psiquiatra Marc Feldman ha descrito este comportamiento como «Münchausen por internet (MBI, por sus siglas en inglés), similar al conocido síndrome Münchausen, en el cual una persona se inventa enfermedades para atraer atención y simpatía.
El término Síndrome de Münchausen por interpuesta persona (ahora conocido como enfermedad inducida o fabricada) se refiere a las personas que inventan o causan los síntomas de la enfermedad a otra persona.
El término «Münchausen por internet» (MBI) fue acuñado por el Sr. Marc Feldman en el año 2000, después de identificar un patrón relacionado con el crecimiento de los foros en internet.
Quienes padecen Münchausen por internet construyen identidades falsas y fingen tener enfermedades o traumas para obtener la atención o simpatía de grupos de apoyo en línea.
Generalmente inventan múltiples personalides en línea para dar validez al personaje principal.
No es exagerado decir que hay una epidemia de MBI, y que ésta destruye la confianza en que se basan estos foros. Algunas veces las mentiras son increíblemente elaboradas. Otro ejemplo es «Cara», quien mantuvo un blog en el que detallaba su lucha contra el cáncer, así como el VIH, la anorexia y problemas cardiacos.
«Cara» publicó fotos suyas en una cama de hospital, usando una máscara de oxígeno y conectada a una sonda, así como un video en el que se la veía con problemas para hablar debido a su condición neurológica. Se convirtió en buena amiga de dos mujeres, una de las cuales, se mandó a tatuar el nombre de «Cara» en el brazo, todo era un engaño.
Durante las últimas semanas ha habido informes de que Cara ha resurgido como «Mollie», una adolescente británica que atraviesa un embarazo difícil. Los estafadores tienen el hábito de aparecer de nuevo, con disfraces renovados.
El caso más extraño, quizás, es el de Rebeccah Beushausen, en Chicago, quien no sólo fingió estar embarazada, sino que fabricó fotos de su bebé recién nacido, utilizando una muñeca super realista.
Rebeccah tenía motivos ideológicos: de creencias cristianas y antiaborto, quería mostrar que era posible completar un embarazo aún cuando se padeciera de un problema genético severo.
Escribió lo siguiente: «Cuando tenía nueve años y medio, nació mi hermana con parálisis cerebral. Me sentí abandonada por mi madre, así que fingí un examen de la vista para que me dieran lentes, igual que mi hermana».
Amy está ahora en terapia, y cree que ha abandonado el mal hábito para siempre.
Comparado con la versión clásica, el Münchausen por internet es fácil. No hay necesidad de engañar a médicos. Le da a quien lo comete una fuente rápida de atención, un sentimiento de que es valorado, sin que realmente haya hecho algo para merecerlo.
Pero así como los que cometen fraude online sueñan con hacer dinero fácil, estas personas anhelan la atención. Se trata, quizás, de otra forma de fraude: uno emocional, en vez de financiero. Y no es fácil tratar con estafadores emocionales.