La creciente afición por el juego y las apuestas en México puede agudizarse en el país, advierten especialistas.
Oficialmente se desconoce el número de mexicanos con ludopatía, pero organizaciones civiles estiman que los adictos al juego son cerca de dos millones de personas.
El número puede crecer, comenta la diputada Lizbeth García Coronado, pues es cada vez mayor la cantidad de máquinas tragamonedas en pequeños negocios en casi todas las colonias y poblaciones del país.
Los principales jugadores son niños y jóvenes, a quienes se les hace muy fácil apostar, pero los especialistas consideran que en el futuro muchos pueden desarrollar ludopatía.
Muchos casinos operan de manera ilegal y se permite la entrada a menores de edad.
La Organización Mundial de la Salud reconoce a la ludopatía como una enfermedad, definida por la Asociación Estadounidense de Psiquiatras como una conducta de juego inadaptada y persistente que altera la vida personal, familiar y profesional de quienes la padecen.
Carlos del Moral, director del Centro de Atención de Ludopatía y Crecimiento Integral, una organización no gubernamental de México, comenta que por cada enfermo hay diez personas más afectadas directa o indirectamente.
Primero empieza a perjudicar a su familia, su entorno cercano, después la persona y su familia quedan en bancarrota.
En casos extremos los ludópatas sufren trastornos psicológicos, e incluso algunos pueden atentar contra su vida.
Las autoridades sanitarias deben redoblar esfuerzos para atender el padecimiento, aunque en algunos estados, como Yucatán o Nuevo León ya existen programas locales para atender a los ludópatas.
El problema serio son los sitios irregulares, que podrían ser al menos 500 en todo el territorio nacional, muchos de estos centros de apuestas utilizan vacíos legales para funcionar, e incluso algunos negocios consiguen amparos judiciales para abrir sus puertas.
Es el caso de las máquinas tragamonedas aseguran que se trata de juegos de destreza y habilidad, con lo cual evaden la prohibición existente para los aparatos de apuestas entre los menores de edad.