Las enfermeras hospitalarias en el mundo están reportando que están agotadas e insatisfechas con sus trabajos, según una encuesta internacional.
Investigadores de la Escuela de Enfermería de la Universidad de Pensilvania en EUA, recolectaron datos de la encuesta de 98.116 enfermeras de cabecera que practicaban en 1.406 hospitales en 9 países ; los nueve países que participaron en el estudio fueron China, Corea del Sur, Tailandia, Japón, Nueva Zelanda, Canadá, Alemania, Reino Unido, y los Estados Unidos.
Los investigadores siguieron las respuestas de las enfermeras a preguntas acerca de la suficiencia del personal, capacidad y liderazgo de la enfermera jefe, relaciones médico-enfermera, participación de la enfermera en temas hospitalarios, y las bases de enfermería para la calidad del cuidado.
Los resultados mostraron que el porcentaje de enfermeras que reportaron agotamiento alto fue más de una tercera parte en la mayoría de los países y decididamente más alto en Corea del Sur y Japón, cerca del 60% en ambos países. La insatisfacción con el trabajo varió de 17% en Alemania a cerca de una tercera parte de las enfermeras en la mayoría de los países, y un máximo de 60% insatisfechas en Japón. Casi la mitad de las enfermeras en todos los países, excepto en Alemania, y mucho más de la mitad de las enfermeras en unos pocos países, no confiaban en que los pacientes pudieran manejar su cuidado después de la salida.
Los investigadores también identificaron que en los hospitales con ambientes de trabajo pobres el porcentaje de las enfermeras que creían que los pacientes no estaban preparados para la salida varió entre 22% y 85%. Por otro lado, los hospitales con mejores ambientes de trabajo tuvieron menor agotamiento, menor probabilidad de insatisfacción con el trabajo, y una disminución en los reportes de poca o ninguna confianza sobre la preparación de los pacientes para la salida.
Los investigadores sugirieron que los líderes hospitalarios y los reguladores deben mejorar la fuerza de trabajo de enfermería y la calidad de cuidado, aumentando el personal, mejorando las relaciones médico-enfermera, involucrando más a las enfermeras en las decisiones hospitalarias, y dando mayor apoyo administrativo de aquellos que suministran el cuidado clínico de cabecera.
El estudio fue publicado en la revista International Journal for Quality in Health Care.