La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad neurológica altamente incapacitante que afecta la memoria, el pensamiento y la conducta del paciente. Daños que se reflejan en la capacidad perceptiva, del lenguaje y la capacidad para realizar tareas, volviéndolo totalmente dependiente de los demás, lo que se refleja en su calidad de vida.
La enfermedad de Alzheimer es un padecimiento degenerativo que está asociado a la edad avanzada, por lo que en muchas ocasiones se considera como normal debido “parte de la achaques de la edad”. Sin embargo esta es una enfermedad que no es parte del envejecimiento normal y por lo tanto debe ser atendida médicamente.
Se estima que esta enfermedad es la cuarta causa de muerte entre los adultos mayores. A nivel mundial existen 11 millones de personas afectadas, en México se estima que el número de pacientes es de aproximadamente 200 mil.
El Alzheimer se inicia con síntomas muy sutiles que pasan inadvertidos pues se atribuye a parte del envejecimiento, como la pérdida de concentración y de orientación.
Entre los signos más comunes destacan:
* Dificultad para recordar nombres
* Perder objetos
* Repetir frases
* Dificultad para realizar tareas que requieran elaboración menta
Las causas del Alzheimer no se conocen, pero las investigaciones señalan que está relacionada con la edad, con factores genéticos, así como con antecedentes de traumatismos craneales.
El primer paso para el diagnóstico de esta enfermedad es la elaboración de una historia clínica completa que detecte antecedentes familiares y descarte la presencia de otros padecimientos como la depresión.
Asimismo se somete al paciente a resonancias magnéticas que permitan visualizar cualquier daño en la estructura del cerebro y una Tomografía por Emisión de Positrones que determine cambios en la estructura del tejido cerebral, pues una de las características de la enfermedad es la presencia de nudos y ovillos de fibras que recubren este órgano.
De no atenderse la enfermedad de Alzheimer, la calidad y expectativas de se reducen de manera importante.
Con el paso del tiempo el paciente se vuelve totalmente dependiente de los demás incluso para actividades cotidianas como el vestirse, bañarse o comer.
Asimismo el paciente pierde la capacidad para interactuar con los demás e incluso puede desarrollar actitudes agresivas.
El Alzheimer no tiene cura, sin embargo un tratamiento farmacológico adecuado puede ayudar a retrasar el progreso de la enfermedad así como a controlar algunas características como los comportamientos agresivos del paciente.
Además se llevan al cabo diversas investigaciónes para encontrar una cura para la enfermedad de Alzheimer.
El tratamiento médico incluye también la administración de suplementos alimenticios que mejoren su estado nutricional.
Asimismo, parte fundamental del tratamiento es una terapia de ejercicios que le permita una mayor relajación y mantenerse en buen estado físico.
La enfermedad de Alzheimer se relaciona con la edad y hasta ahora no se conocen sus causas, por lo tanto es difícil establecer medidas de prevención. Sin embargo, los expertos recomiendan ejercitar la actividad intelectual a lo largo de la vida y tener una detección temprana a fin de recibir a tiempo los tratamiento médicos.