La ocupación de los padres, tanto hombres como mujeres, puede influir en el riesgo de tener hijos con defectos de nacimiento, revelan resultados del Estudio Nacional para la Prevención de Defectos Congénitos de EUA.
Se tomó en cuenta el trabajo que los padres realizaban tres meses antes de la concepción y hasta el primer mes de embarazo, este es el período que se considera más crítico en la susceptibilidad de pasar algún daño en el esperma en el momento de concepción, entre los hombres se encontró que los más expuestos a este riesgo son físicos, científicos de computación, artistas, fotógrafos y procesadores de fotografía, procesadores de alimentos, jardineros, peinadores y maquillador, trabajadores de industrias químicas, impresores, operadores de grúas y perforadoras y choferes.
La investigación fue publicada en la revista Occupational and Environmental Medicine, y analizó los datos de más de 5.000 hombres, incluidos sus historiales de empleo, cerca de 1.000 habían tenido un hijo con uno o más defectos congénitos, los otros 4.000 habían tenido hijos sin estas anomalías.
Los científicos encontraron que los empleos más comunes de los padres eran los administrativos, de ventas y de la industria de la construcción. Se encontró un vínculo entre la exposición a solventes y el riesgo de cardiopatía congénita.
Se encontró también un vínculo entre el tipo de defecto de nacimiento y el tipo de empleo. Por ejemplo entre los fotógrafos y procesadores de fotografía las anormalidades vinculadas eran cataratas, glaucoma, ausencia o insuficiencia de tejido ocular, entre los jardineros se vio un vínculo con anomalías intestinales.
El segundo estudio, analizó a mujeres embarazadas, sí encontró un vínculo entre esta exposición en el trabajo y el riesgo de defectos de nacimiento, los resultados de la investigación, se publicaron en Occupational and Environmental Medicine, y estudió específicamente el riesgo de la exposición a solventes orgánicos durante el embarazo, estos compuestos se usan para disolver o dispersar distintas sustancias y se encuentran en pinturas, barnices, adhesivos, textiles, tintas, tinturas y productos agrícolas.
A las mujeres se les pidió que respondieran a cuestionarios sobre el empleo que realizaban durante su embarazo y sobre qué tipo de exposición tuvieron en los meses previos al nacimiento.
La investigación encontró que las que se vieron expuestas a solventes orgánicos mostraron un riesgo ligeramente más alto de tener un bebé con una cardiopatía congénita, este riesgo se vio en las peinadoras y peluqueras, manicuristas y en las empleadas de las fábricas que producen estas sustancias.
Aunque se encontró que el riesgo de una cardiopatía congénita entre estas mujeres era casi dos veces más alto, particularmente si la exposición ocurrió cerca de la concepción o durante las primeras semanas de embarazo.
Basados en este estudio no se puede decir que una persona debe renunciar a su empleo. Pero quizá sea sensato limitar la exposición siempre que sea posible.