Los jugadores de fútbol con articulaciones hiperflexibles tendrían más riesgo que el resto de sufrir lesiones.
El llamado síndrome de hiperflexibilidad articular benigno se diagnostica cuando una persona tiene por lo menos cuatro articulaciones excesivamente flexibles. Por ejemplo, una persona que puede doblar las rodillas y las muñecas en la dirección opuesta.
Eso sucede, por ejemplo, al flexionar el pulgar hasta tocar el antebrazo, doblar el dedo pequeño hacia atrás más allá de los 90 grados y colocar las palmas sobre el piso sin doblar las rodillas.
Las articulaciones hipermóviles no son tan estables como las que tienen menos flexibilidad, de modo que, en teoría, serían más vulnerables a las lesiones.
Un grupo del Reino Unido siguió a 54 hombres de un equipo de fútbol de la Premier League inglesa durante una temporada de juego. Un tercio (18) tenía articulaciones hiperflexibles.
Durante la temporada, esos jugadores tuvieron 72 lesiones o 22 por cada 1.000 horas de práctica y competencia. En cambio, los 36 jugadores con articulaciones no tan flexibles sufrieron 61 lesiones o seis por cada 1.000 horas, según publica en American Journal of Sports Medicine el equipo de Matt D. Konopinski, de la Universidad Metropolitana de Leeds.
Esto es una prueba más de que la hiperflexibilidad articular general favorece las lesiones en el deporte, opinó Verity Pacey, fisioterapeuta del Hospital de Niños de Westmead, en Australia.
En una revisión reciente de 18 estudios publicados, el equipo de Pacey halló en los deportes de contacto que los jugadores con hiperflexibilidad articular eran casi cinco veces más propensos que el resto a tener una lesión de rodilla.
Pacey comentó que se desconoce si los deportistas ocasionales con esa flexibilidad excesiva tienen el mismo riesgo que los atletas profesionales de sufrir lesiones.
Los atletas amateur no tienen entrenamientos tan intensos como los profesionales, señaló Gareth J. Jones, coautor del estudio. Por un lado, dijo, puede que eso los esté protegiendo, «aunque puede ser también que una menor preparación física aumente sus riesgos».
En el estudio, las lesiones registradas fueron relativamente leves, como distensiones musculares, calambres o desgarros en las piernas. Pero algunas fueron graves, lo que quiere decir que los jugadores no pudieron jugar por lo menos 28 días.
Doce de los 18 atletas hiperflexibles tuvieron por lo menos una lesión grave durante la temporada (en general, un desgarro de cartílago o ligamento en la rodilla), comparado con solo dos de los 36 atletas sin hiperflexibilidad articular.
Los ejercicios para mejorar la resistencia y el control muscular y el equilibrio ayudan a las personas con hiperflexibilidad que sufrieron dolores o lesiones en las articulaciones y Jones opinó que ese entrenamiento podría reducir el riesgo de sufrir futuras lesiones deportivas.
Pero Pacey aclaró: «Desafortunadamente, no contamos con pruebas que respalden estrategias para reducir el riesgo de lesiones en deportistas con hiperflexibilidad articular».
En general, se desconoce cuán riesgosas pueden ser esas articulaciones. Un estudio reciente sobre adolescentes reveló que la hipermovilidad es bastante común, lo que para los expertos es un signo de que sería normal.
El 27 por ciento de las mujeres y el 11 por ciento de los varones de una cohorte de 6.000 adolescentes reunían los criterios diagnósticos del síndrome de hipermovilidad articular benigno.
Los nuevos resultados sugieren que la hiperflexibilidad también sería bastante común en los jugadores de fútbol, según opina el equipo, que aclara que se desconoce si es más común que en otros deportes o en la población general.
FUENTE: American Journal of Sports Medicine