Las probabilidades son especialmente altas para los niños con varios hermanos autistas, los hermanos menores de un niño con un trastorno del espectro autista tienen casi una probabilidad en cinco de ser diagnosticados con autismo, una cifra mucho mayor que los estimados anteriores, halla un estudio reciente, encabezado por la Dra. Sally Ozonoff, profesora y vicepresidenta de investigación del departamento de psiquiatría y ciencias conductuales del Instituto MIND del Centro Médico de la Universidad de California en Davis.
Los investigadores hallaron que el 18.7 % de los niños que tenían un hermano autista también habían recibido un diagnóstico de autismo para su tercer cumpleaños, y el riesgo fue significativamente mayor para los chicos con más de un hermano autista.
«Los que trabajamos en el campo sabíamos que la tasa era mucho más alta que la anteriormente publicada, pero no creo que esperábamos que fuera tan alta», comenta la autora líder del estudio Dra. Sally Ozonoff. Investigaciones anteriores habían calculado que entre el 3 y el 10 % de los hermanos menores de niños con un trastorno del espectro autista (TEA) también serían diagnosticados con la afección.
El estudio, es el mayor de su tipo hasta la fecha, aparece en la edición de la revista Pediatrics.
Alrededor de uno de cada 110 niños, o sea menos del uno por ciento, de la población general nacida hoy en día sufre de un trastorno del espectro autista, que se caracterizan por problemas con la interacción social, la comunicación verbal y no verbal, e intereses y conductas restringidos. La gran mayoría son chicos, y se sabe que la genética tiene mucho que ver con el desarrollo del autismo.
Para el estudio, un equipo del Consorcio de Investigación sobre Hermanos Menores (Baby Siblings Research Consortium), una red internacional que estudia las señales más tempranas de los trastornos del espectro autista en bebés con un hermano afectado, dio seguimiento a 664 hermanos menores de niños autistas durante un promedio de ocho meses, hasta los tres años de edad. Se examinó y evaluó a los niños varias veces en el periodo de estudio.
Hallaron que 132 niños (103 chicos y 29 chicas) cumplían con los criterios para un diagnóstico de trastorno del espectro autista para los tres años de edad. Alrededor de 41 % se diagnosticaron con autismo, mientras que 59.1 % fueron diagnosticados con un trastorno generalizado del desarrollo no especificado en otro lugar, que es una forma más leve de autismo.
En términos del sexo, alrededor del 26 % de los hermanos de sexo masculino de los niños autistas sufrían de autismo, frente a casi 10 % de las hermanas, apuntan los investigadores.
Alrededor del 32 % de los niños con varios hermanos mayores autistas también recibieron un diagnóstico de autismo, frente a 13.5 % de los niños con un solo hermano mayor afectado.
La Dra. Ozonoff comenta que muchos padres preguntan sobre sus probabilidades de tener otro hijo autista. Aunque esta investigación les da más información, las estadísticas no necesariamente ayudarán a las familias a determinar su riesgo individual.
Los estimados de riesgo son promedios de todos los 664 niños. Para poder informar a los padres sobre su riesgo personal, los investigadores tendrían que saber sus factores de riesgo genéticos o ambientales específicos, algo que sigue siendo un misterio en la gran mayoría de casos de autismo.
Los hallazgos no dicen a ninguna familia que su riesgo particular es de 18.7 % . Eso es un promedio, algunas familias probablemente tengan cero riesgo, mientras que otras tendrán un riesgo mucho más alto. Todavía no estamos listos para que una persona acuda a un asesor genético, dé una muestra de sangre y se busquen ciertos genes que aumenten el riesgo para una familia individua.
Sin embargo, los estimados podrían recordar a los pediatras que deben vigilar a los hermanos menores con cuidado. Esto puede usarse para que los padres de un niño con un trastorno del espectro autista alerten a sus pediatras si tienen una preocupación, y para que los pediatras vigilen a los hermanos en riesgo más de cerca.
Mientras más pronto se hace el diagnóstico, más pronto pueden los niños recibir intervenciones para ayudar con las habilidades de lenguaje y sociales.
Fuente: HealthDay