Científicos encabezados por el Dr. Sanjiv Gambhir del Centro Médico de la Universidad de Stanford en EUA, descubrieron que los tumores de cáncer ovárico pueden crecer durante 10 años o más en el organismo sin ser detectados por los actuales análisis de sangre.
Según los investigadores esto se debe a que las pruebas de sangre que están disponibles actualmente no pueden identificar sustancias que liberan las células cancerosas sino hasta que éstas se acumulan.
Para cuando el tumor alcanza un tamaño detectable es probable que la enfermedad se haya propagado a otros órganos.
Tal como señalan los científicos en la revista Science Translational Medicine, el hallazgo, que se aplica no sólo al cáncer ovárico sino también a otros tumores sólidos, puede conducir a una mejor prueba de diagnóstico para detectar de forma temprana la enfermedad.
Si se logran mejorar los métodos de detección de tumores basados en la sangre, se contará con 10 o incluso 20 años para encontrar al tumor antes de que llegue a un gran tamaño
Se sabe desde hace tiempo que un paciente con cáncer tiene mejores posibilidades de supervivencia si el tumor se detecta de forma temprana. Sin embargo, el cáncer ovárico, que es el quinto tipo de cáncer más común entre mujeres, es uno de los más mortales porque no presenta síntomas claros y cuando se le descubre, el tumor ya se ha propagado a otros órganos.
La detección de cáncer basada en la sangre busca unas sustancias, llamadas biomarcadores, que son moléculas que libera un tumor en la corriente sanguínea y que pueden medirse para indicar la presencia de cáncer.
Actualmente hay varios biomarcadores que se utilizan en la detección de cáncer: el llamado CA-125 para cáncer ovárico.
Pero hasta ahora estos marcadores han podido ser utilizados como herramienta de detección temprana porque es imposible detectar el compuesto en niveles bajos.
El profesor Gambhir y su equipo desarrollaron un modelo matemático diseñado originalmente para predecir la concentración de drogas inyectadas en la sangre.
Adaptaron ese modelo a la medición del crecimiento de células tumorales basada en la concentración de un biomarcador en la corriente sanguínea, específicamente calculando los niveles del CA-125, el biomarcador de cáncer ovárico
Los cálculos mostraron que utilizando los análisis de sangre actualmente disponibles para detectar la CA-125, el tumor necesita haber adquirido 1.700 millones de células, un volumen que en las tasas de crecimiento de cáncer típicas se adquiere en entre 10 y 12 años de desarrollo.
Tal como señala la doctora Laura McCallum, de la organización Cancer Research Uk, la detección de cáncer en sus primeras etapas cuando hay más probabilidad de que el tratamiento tenga éxito es una de las formas más prometedoras de reducir las muertes que causa esta enfermedad.