Los bebés que aún usan biberón a los dos años de edad podrían tender a la obesidad para cuando cumplen los cinco, publica un estudio reciente. Los investigadores analizaron datos de 6,750 niños que participaron en el Registro de Nacimientos del Estudio Longitudinal de la Niñez Temprana, en la que participaron niños nacidos en EE. UU.
Alrededor del 22 % de los niños seguía usando biberón con regularidad a los 24 meses de edad, lo que significaba que bebían principalmente en biberón o que usaban uno para ir a la cama.
A los cinco años y medio de edad, alrededor del 23 % de los niños que usaban biberón eran obesos, frente a alrededor del 16 % de los niños que habían dejado de usar biberón para los dos años. Eso hace que los niños que siguen usando biberón para los dos años casi el 33 % son más propensos a la obesidad que los niños que dejaron de usarlo antes.
Una explicación probable del hallazgo es que los niños que siguen bebiendo en biberón hasta los dos años probablemente consuman más calorías de las que necesitan.
A edades más avanzadas, es probable que el biberón se use por comodidad y conveniencia en lugar de nutrición apuntó la autora líder del estudio la Dra. Rachel Gooze, especialista en Salud Pública del Centro de Investigación y Educación sobre Obesidad de la Universidad de Temple, en Filadelfia.
El estudio sera publicado en la próxima edición de la revista The Journal of Pediatrics.
Hace mucho que los expertos animan a los padres a desacostumbrar a los niños del biberón alrededor del año de edad. La Academia Estadounidense de Odontología Pediátrica aconseja a los padres quitarle el biberón a los niños alrededor de los doce a catorce meses de edad, y evitar poner a un bebé en la cama con un biberón para evitar las caries.
La Academia Estadounidense de Pediatría tiene una recomendación similar, y advierte que se debe prescindir del biberón por completo alrededor del año y medio de edad. Otras investigaciones han sugerido que el uso prolongado del biberón podría contribuir a la deficiencia de hierro, según la información de respaldo del estudio, los investigadores tomaron en cuenta otros factores que podrían influir en la obesidad de los niños de cinco años, como tener madre obesa, el estatus socioeconómico, si los niños recibieron el pecho en la infancia, y el momento de la introducción de alimentos sólidos. Los niños que bebían en biberón a los dos años eran más propensos a ser obesos que los niños que habían empezado a beber en taza.
Alimentar a los bebés con biberón o con el seno es necesario durante el primer año de vida para suministrar nutrición adecuada en un periodo de crecimiento rápido, confirma la Dra. Roya Samuels, pediatra del Centro Médico Pediátrico Steven and Alexandra Cohen de Nueva York.
Entre los cuatro y los seis meses de edad, los bebés deben comenzar a comer alimentos sólidos, que gradualmente se convierten en la fuente principal de nutrición del niño. Un niño típico de un año necesita apenas entre 296 y 473 ml (10 y 16 onzas) de leche entera al día, además de una variedad saludable de alimentos sólidos. Los padres deben limitar los jugos de frutas y verduras a no más de 118 ml (4 onzas) al día, y el resto del líquido consumido debe ser agua.
Si los padres siguen dando el biberón cuando los niños comienzan a aprender a caminar, es probable que los niños consuman demasiadas calorías en el día, lo que lleva a un aumento excesivo de peso en la niñez, este nuevo estudio está entre los primeros que da seguimiento a los niños en el tiempo para determinar cómo el uso prolongado del biberón podría afectar su peso.
Quitarle el biberón a un bebé obstinado y perseverante no es fácil, sobre todo si uno de sus hermanos pequeños bebe en biberón. La Dra. Gooze recomienda que los padres discutan estrategias para hacerlo con el pediatra, y también que cambien la forma en que perciben la transición. En lugar de pensar que quitarle el biberón al niño es hacerle prescindir de algo, véalo como señal de que el bebé crece y alcanza una meta.
Fuente: HealthDay