Las personas que abusan de las metanfetaminas u otros estimulantes están en mayor riesgo de padecer la enfermedad de Parkinson, advierte un estudio reciente realizado en el Centro para las Adicciónes y la Salud Mental (Centre for Addiction and Mental Health) de Canadá y cuyo líder fue el Dr. Russell Callaghan.
Los investigadores analizaron los expedientes médicos de 40,472 personas en California, que habían sido hospitalizadas por trastornos causados por el uso de metanfetaminas o anfetaminas entre 1990 y 2005.
Los integrantes del estudio fueron comparados con 207,831 personas sin adicción que fueron admitidas por otros padecimientos, y 35,335 que ingresaron por trastornos causados por el consumo de cocaína en el mismo periodo.
Los pacientes del grupo de los trastornos por uso de metanfetaminas o anfetaminas tenían 76 % más probabilidades de desarrollar la enfermedad de Parkinson que quienes no usaban drogas.
Eso significa que en 10 años, 21 de cada 10,000 personas con dependencia a las metanfetaminas o anfetaminas desarrollaría la enfermedad de Parkinson, en comparación con 12 de cada 10,000 personas en la población general.
Este estudio provee evidencia de esta asociación por primera vez, aunque ya se había sospechado. La enfermedad de Parkinson ocurre por niveles bajos de dopamina en el cerebro. Estudios en animales han mostrado que las metanfetaminas dañan las áreas del cerebro que producen dopamina.
Es importante que el público sepa que los hallazgos no aplican a pacientes que toman anfetaminas con fines médicos y bajo estricta supervisión médica, como el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), dado que estos pacientes usan dosis mucho más bajas de anfetaminas que las tomadas por los pacientes del estudio, señala el Dr. Stephen Kish, coautor y científico del centro.
Las metanfetaminas y estimulantes similares son la segunda clase de droga ilegal más usada en el mundo.
Fuente: Center for Addiction and Mental Health