Un nuevo estudio llevado a cabo por el Dr. Theodore M. Johnson II, de Emory University, en Atlanta, EUA, demuestra que los hombres con vejiga hiperactiva mejoran con ejercicios del piso pélvico tanto como con medicamentos.
La terapia conductual es tan efectiva como el tratamiento farmacológico en los hombres y eso es muy importante, es más seguro, económico y es efectivo, el estudio generara más conciencia de que el ejercicio es una opción,
Las personas con vejiga hiperactiva sienten una urgencia repentina de orinar que provocaría incontinencia, varios cambios conductuales pueden ayudar y también se recetan fármacos.
Un equipo estudió a 143 hombres de mediana edad y mayores con problemas urinarios a pesar de estar bajo tratamiento con fármacos llamados alfabloqueantes. Al azar, les indicaron utilizar una medicación más, oxibutinina, o aplicar técnicas conductuales durante ocho semanas.
Las técnicas incluían restringir el consumo de líquidos durante la tarde, controlar la urgencia urinaria en la noche y entrenar los músculos del piso pélvico con tres sesiones cortas de contracciones de entre 2 y 10 segundos, en 45 secuencias por día.
Los hombres de ambos grupos pasaron de orinar 11 veces diarias a nueve veces por día, según sus propios registros. Los que hicieron ejercicio también fueron al baño cinco veces menos durante la noche en una semana, comparado con dos veces menos en el grupo de control.
Más del 90 % de los participantes dijo que estaba completamente o algo satisfecho con los tratamientos.
El Dr. Johnson destaca que lo importante de este estudio es que utilizó en hombres un enfoque aplicado a las mujeres para determinar la efectividad de un tratamiento físico y conductual, pues si una persona no responde a un fármaco, quizás no necesite probar otro si tiene ganas de hacer ejercicios.
Se estima que uno de cada seis personas padece vejiga hiperactiva, el problema, que a menudo se diagnostica en las mujeres, está subdiagnosticado en los hombres porque los síntomas pueden confundirse con trastornos de la próstata.
Fuente:Journal of the American Geriatrics Society