Para liberarse del dolor de un recuerdo doloroso no hay nada mejor que una buena noche de sueño profundo.
El neurólogo Matthew Walker, de la Universidad de California, en Berkeley EUA, realizó un estudio donde encontró que en la fase de movimientos oculares rápidos o REM (por sus siglas en inglés) del sueño, que es donde se dan los sueños, el cerebro procesa las experiencias emocionales y cancela ciertos circuitos asociados al estrés.
La fase del sueño del descanso provee una forma de terapia nocturna, un bálsamo que remueve los aspectos dolorosos de las experiencias del día previo, afirma el Dr. Walker. Sus conclusiones fueron publicadas en la revista Current Biology.
El Dr. Walker trabajó con hombres y mujeres adultos que vieron imágenes con una fuerte carga emotiva en dos ocasiones, separadas por 12 horas. La mitad de los voluntarios observó estas fotos por la mañana y por la noche, sin dormir en el medio.
El resto las vio por la noche y en la mañana siguiente tras un buen descanso nocturno, en todo este proceso los investigadores registraron su actividad cerebral usando un equipo de resonancia magnética funcional.
Los voluntarios que pudieron descansar entre uno y otro encuentro con las imágenes lograron disminuir su respuesta emocional. Además, hubo un marcado descenso en la actividad de la amígdala, la parte del cerebro que procesa las emociones. Por ese motivo, la parte racional de la región prefrontal del cerebro logró tomar preponderancia.
El Dr. Walker midió la actividad cerebral de los voluntarios mientras dormían y encontró que en la fase MOR o REM disminuyen los circuitos cerebrales relacionados con el estrés.
Sabemos que durante el sueño de MOR o REM hay un marcado descenso en los niveles de norepinefrina, un químico cerebral asociado con el estrés. Al reprocesar experiencias emocionales previas mediante esta baja en la norepinefrina, las personas se despiertan al día siguiente y ven que se alivió la carga emocional asociada a sus experiencias dolorosas y se sienten mejor con respecto a las mismas.