El Trastorno del Espectro Alcohólico Fetal es una de las causas más frecuentes de retraso mental de los niños.
Afecta al 1% de la población.
El día 9 del 9 (por los meses del embarazo) se celebra el Día Mundial del Síndrome Alcohólico Fetal, el día de sensibilización internacional sobre el Trastorno del Espectro Alcohólico Fetal.
Desde hace muchos años se sabe que el consumo de alcohol durante el embarazo produce retraso mental y malformaciones al nacer, pudiendo afectar al 1% de la población, aunque este síndrome es prevenible en un 100%. El término Trastorno del Espectro Alcohólico Fetal, describe los diferentes síntomas que aparecen de forma individual en aquellos niños cuyas madres han estado consumiendo bebidas alcohólicas durante el embarazo, incluyendo complicaciones físicas, psíquicas, conductuales, alteraciones en el aprendizaje y posibles secuelas a lo largo de la vida.
Las consecuencias afectan al individuo, la familia y la sociedad. Sin embargo, aunque muchas mujeres se abstienen del alcohol durante el embarazo, todavía hay un número importante de mujeres que siguen consumiendo bebidas alcohólicas durante el embarazo. Por este motivo es importante realizar una campaña de sensibilización sobre este hecho, realizar una serie de conferencias para actualizar y reflexionar sobre las medidas a tomar para prevenir en la medida de lo posible la aparición de estos síntomas, concientizar a las mujeres para que no consuman bebidas alcohólicas si están embarazadas.
La gravedad de los síntomas, es mayor que los avances de los investigadores en recuperar estas alteraciones y es que la afectación sobre todo neurológica que produce el alcohol en el cerebro fetal puede perdurar hasta la edad adulta.
La situación es que el embrión o feto, alcanza la misma alcoholemia (gramos de alcohol por litro de sangre) que la madre, ya que el etanol pasa sin dificultad la barrera placentaria, el etanol, disminuye la cantidad de glucosa, importante para la alimentación fetal, además produce una alteración en las cadenas de aminoácidos, estos aminoácidos configuran las proteínas y las proteínas a su vez forman los tejidos, dependiendo del momento de gestación se afectarán distintas cadenas proteicas por lo que originarán malformaciones en los tejidos y en los órganos que se están formando en ese momento.
Por ejemplo si el consumo se produce durante las 10 primeras semanas se producen malformaciones:
– Cardíacas. (10 – 20%) como C.I.A., C.I.V., Tetralogía Fallot, Canal atrioventricular.
– Renales. (5-10%) Aplasia, Ectopia e Hidronefrosis.
– Genitourinarias: Hipospadias, criptorquidia o vagina doble
– Esqueléticas: falanges ausentes, sinóstosis, pectus excavatum. Escoliosis.
– De piel y faneras: Hirsutismo, angiomas tuberosos o fosita sacra.
– Alteraciones del Sistema Nervioso, oculares y de la boca.
– O tumores embrionarios tales como el Hepatoblastoma y el Neuroblastoma.
Si es durante el 3er trimestre: disminución peso y talla.
Y si se produce entre la semana 12 y 18 pueden aparecer alteraciones del Sistema Nervioso Central.
La clínica se completa con un Dismorfismo craneofacial característico y consistente en microcefalia, lesiones cerebrales, hirsutismo frontal, ptosis, estrabismo, miopía, epicantus, oblicuidad antimongoloide, nariz aplastada, silla de montar, e hipoplasia mandibular, paladar alto, boca grande y labios finos; además de un desarrollo psicomotor deficiente o límite (borderline), inquietud, hiperexcitabilidad, e insomnio. El cociente intelectual se sitúa en torno a 50 – 80, se evidencia una disminución APGAR, en el momento del nacimiento, un déficit en el crecimiento tanto intrauterino como postnatal con bajo peso y talla.
Debemos intentar prevenir este Trastorno del Espectro Alcohólico Fetal y la mejor forma de combatirlo se basa en las siguientes premisas:
– Evitar el consumo de alcohol durante el embarazo.
– Diagnóstico precoz y tratamiento de la paciente alcohólica en edad fértil.
– Utilización y tutelaje de métodos anticonceptivos en jóvenes y personas que suelen abusar del alcohol y otras drogas.