El Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), es un padecimiento ocasionado por un virus que provoca una baja de defensas y predispone a la persona a desarrollar infecciones oportunistas capaces de ocasionarle la muerte.
El doctor Hugo Zulaica, infectólogo explica que las infecciones oportunistas pueden presentarse ya sea en sistema nervioso central, en pulmón, en piel y pueden ser virales, bacterianas, parasitarias y por hongos.
Una persona infectada por el virus de la inmunodeficiencia humana se torna seropositiva en un lapso promedio de ocho semanas y desarrolla SIDA cuando su nivel de linfocitos T CD4, células que ataca el virus, desciende por debajo de 200 células por mililitro de sangre. El VIH se transmite a través de contacto sexual, productos o derivados que contengan líquidos corporales, por ejemplo líquido seminal o vaginal y la transfusión o la transmisión materno-fetal.
De ahí que sea fundamental que toda mujer embarazada se someta a una prueba para detectar el SIDA, aunque no considere tener factores de riesgo que predispongan al padecimiento. Si la mujer gestante recibe tratamiento se puede lograr que su bebé no resulte contagiado. Además, los recién nacidos pueden recibir tratamiento preventivo. Si bien no existe cura, ni vacuna contra el SIDA, con la administración de medicamentos antirretrovirales de manera oportuna y adecuada se puede lograr una excelente calidad y esperanza de vida de los pacientes.