Cada 19 de octubre se conmemora el Día Mundial de Lucha contra el Cáncer de Mama. Durante este mes, se realiza una campaña internacional para crear conciencia sobre la enfermedad y promover que cada vez más mujeres accedan a controles, diagnósticos oportunos y tratamientos efectivos.
El cáncer de mama, es el tumor maligno más común en las mujeres mexicans y es la primera causa de muerte y generalmente se manifiesta entre los 50 y 65 años de edad.
Es por eso que se aconseja el autoexamen mamario para que cada mujer conozca su mama para que ante cualquier irregularidad pueda consultar a su médico.
En 1975 se calculaba que 1 de cada 13 mujeres iba a tener cáncer de mama. Hoy, se estima que una de cada 8 ó 9 lo va a desarrollar. Las razones de este aumento aún no están claras. Se han identificado algunos factores de riesgo como la historia familiar, la exposición a estrógenos endógena (larga vida reproductiva, baja paridad) o exógena (terapia hormonal de reemplazo), sobrepeso, ingesta moderada de alcohol y sedentarismo. La modificación de estos factores requiere de un largo proceso y sus efectos tardarán varias décadas en evidenciarse.
Los especialistas coinciden en que las estrategias de acción deben estar centradas en la detección precoz del cáncer de mama y en la implementación de tratamientos pertinentes.
El cáncer de mama es el tumor maligno más frecuente entre las mujeres, donde alrededor de 17 mil casos son diagnosticados cada año. Las posibilidades de curar el cáncer de mama dependen de la precocidad del diagnóstico, y el éxito terapéutico en tumores pequeños ronda el 90%.
Todas las mujeres mayores de 20 años deben realizarse todos los meses un autoexamen de mamas, y es aconsejable realizarlo siempre en el mismo momento del mes. No es un sustituto de exámenes médicos, ni tampoco reemplaza a la mamografía, sino que su utilidad está dada ya que permite a la mujer tomar conciencia de su cuerpo, y acudir a la consulta más precozmente, en caso de notar alguna anomalía.
Los estudios por imágenes, o mamografía, es otro método que permite detectar tumores antes que sean perceptibles a la palpación. Si no hay antecedentes familiares de cáncer de mama, se comienza con una mamografía a los 35 años, luego a los 40 años, repitiéndola cada dos años hasta los 50 años, posteriormente el control es anual.
En caso de antecedentes de familiares directos se debe comenzar con este estudio a los 30 años.
