Se queman muchas calorías durante un entrenamiento, por lo que es natural que después se experimente un aumento en el apetito. El cuerpo está pidiendo comer con el fin de restituir sus reservas de combustible.
Pero si usted no tenemos cuidado, podemos terminar comiendo más calorías de las que quemamos en el gimnasio. A continuación presentamos un plan post-ejercicio:
Después del su entrenamiento, hidrátese!!!! Beba un vaso de agua antes de tomar alimentos, los síntomas de la deshidratación son similares a los del hambre (cansancio, debilidad y temblores), a menudo pensamos que tenemos hambre, cuando en realidad estamos sedientos. Además, beber agua después de hacer ejercicio repone los líquidos perdidos a través del sudor. Si el ejercicio excedió una hora, fue muy intenso se perdieron muchos líquidos, es recomendable tomar bebidas con electrolitos.
Para mejores resultados, beba agua antes, durante y después de sus entrenamientos.
Una merienda ligera, para abastecer de combustible a su cuerpo, de alrededor de 150 a 200 calorías, es recomendable después de la actividad. Es ideal una combinación de proteínas y carbohidratos complejos. Las proteínas son esenciales para la reparación y construcción de músculos y los carbohidratos complejos ayudarán a reponer sus reservas de energía. Pruebe una manzana con queso, una rebanada de pan integral tostado con mantequilla de cacahuate, o una taza de yogur sin grasa. Estas combinaciones le ayudan a no comer demasiado y reponer energía.
A medida que su cuerpo se acostumbra a hacer ejercicio, usted va a experimentar una disminución en el apetito. De hecho, las investigaciones muestran que el ejercicio reduce el apetito por varias horas.
Por lo tanto debe mantener sus entrenamientos y decir adiós a los excesos de comida posteriores a sus ejercicios.