El estudio de asociación de genoma completo sobre el fenotipo facial, publicado en la revista PLoS Genetics, podrá facilitar la tarea de hallar otros genes relacionados con distintos fenotipos humanos complejos, por ejemplo los de la estatura.
La investigación puede ayudar a ampliar los conocimientos que se poseen sobre las complejas interacciones moleculares que determinan las diferencias sanas y patológicas en la conformación facial si se combina con técnicas sofisticadas de imagen tridimensional.
Como todo el mundo sabe, las caras de los gemelos se asemejan en grado extremo, los hermanos también tienen caras que se parecen entre sí más que las de quienes no guardan ningún parentesco, los genes influyen sobremanera en el aspecto del rostro humano.
Sin embargo han sido escasas las investigaciones dedicadas a la influencia de los genes en la morfología facial de los humanos.
Ahora investigadores de Australia, Canadá, Alemania, Países Bajos y Reino Unido dirigidos por el Dr. Manfred Kayse, han llevado a cabo el estudio referido a petición del consorcio VisiGen.
Para realizar los estudios se emplearon imágenes obtenidas por resonancias magnéticas de la cabeza así como fotografías de caras para especificar rasgos distintivos de los rostros, a partir de lo cual se calcularon distancias entre distintos puntos, después se efectuó un estudio de asociación de genoma completo, realizando una replicación independiente, y se identificaron las variantes de ácido desoxirribonucleico (ADN) correspondientes a las formas faciales de casi diez mil individuos.
Tres de los cinco genes identificados por los autores ya habían salido a relucir en otros estudios sobre el desarrollo craneofacial de los vertebrados y las patologías pertinentes. Además, un estudio de asociación de genoma completo específico sobre niños publicado este mismo año ya relacionó a uno de esos tres con la morfología facial, los otros dos genes podrían constituir dos factores completamente desconocidos hasta ahora en las redes moleculares que rigen el desarrollo facial.
Quizás un día será posible esbozar un «retrato-robot» de determinada persona a partir de restos de su ADN, una perspectiva que plantea implicaciones muy interesantes, por ejemplo en la ciencia forense. Actualmente, en algunos casos, ya se puede predecir con bastante precisión el color de los ojos y del pelo a partir del ADN.