La depresión o la ansiedad leves podrían aumentar el riesgo de morir de enfermedad cardiovascular y otras causas, según investigadores británicos dirigidos por el Dr. Tom Russ, investigador clínico del Centro de Investigación sobre la Demencia de Alzheimer Scotland, en la Universidad de Edimburgo.
Y mientras mayor es el nivel de distrés psicológico, mayores son las probabilidades de muerte por enfermedad cardiaca, señalan los investigadores. El hecho de que un aumento en el riesgo de mortalidad fuera evidente, incluso con niveles bajos de distrés psicológico, debe fomentar la investigación sobre si el tratamiento de estos síntomas menores tan comunes puede reducir este aumento en el riesgo de muerte, comenta el Dr. Russ.
Para el estudio, que aparece en la revista BMJ, el Dr. Russ y colegas analizaron diez estudios sobre hombres y mujeres inscritos en la Encuesta de salud de Inglaterra. En total, se incluyeron datos sobre más de 68,000 adultos a partir de los 35 años.
Cada estudio buscó conexiones entre el distrés psicológico crónico y el riesgo de morir de enfermedad cardiaca y otras causas, entre ellas el cáncer.
Reunir datos de esta forma se conoce como metaanálisis. En un estudio de ese tipo, los investigadores buscan patrones comunes en varios estudios. Durante ocho años de seguimiento, los investigadores hallaron que incluso la depresión o la ansiedad muy leves (a niveles subclínicos) aumentaban el riesgo de muerte por todas las causas, entre ellas la enfermedad cardiovascular, en 20%. Al observar específicamente la muerte por enfermedad cardiaca, el distrés psicológico leve aumentó ese riesgo en 29%.
Para el nivel más alto de depresión o ansiedad, el riesgo de muerte por todas las causas aumentó en 94%, hallaron los investigadores. El riesgo de muerte por cáncer aumentó en 9% en los casos de depresión o ansiedad muy graves,los niveles más bajos de distrés psicológico no se asociaron con un mayor riesgo de muerte por cáncer.
Un tipo de tratamiento psicológico llamado terapia cognitivo conductual está diseñado para ayudar a las personas a cambiar la forma en que responden a eventos potencialmente estresantes. La terapia cognitivo conductual ayuda a los pacientes a cambiar sus pensamientos sobre las situaciones y a reaccionar de forma menos emocional.
Esto puede ayudar a las personas con depresión, pero no hay evidencia de que ayude a las personas con síntomas de bajo nivel, que son mucho más numerosas, y que están por debajo del umbral diagnóstico de la depresión.
Aunque los antidepresivos pueden mejorar la depresión, estudios anteriores han relacionado su uso con un mayor riesgo de enfermedad cardiaca, según la investigación de respaldo del estudio. Alrededor de 7.5% de los residentes de Reino Unido sufren de depresión y trastornos de ansiedad.
Cambiar esta dinámica entre estrés y enfermedad puede conllevar mantener los factores de riesgo de la enfermedad cardiovascular a raya.
Muchos mecanismos distintos podrían conectar el distrés psicológico con la enfermedad cardiovascular, entre ellas una mayor actividad del sistema nervioso simpático, las hormonas del estrés como el cortisol, la inflamación crónica, los factores de un estilo de vida malsano y la falta de atención a los síntomas tempranos.
Fuente: University of Edinburgh, Scotland