Una investigación encabezada por Esteve Fernández, director de la Unidad de Control del Tabaquismo del Instituto de Oncología de Cataluña en España basada en 62 estudios clínicos, ha analizado los cambios en el peso de los pacientes que dejaron de fumar después del primer año, con y sin tratamiento. Los investigadores admiten que el aumento de peso es más alto de lo esperado, ya que siempre se había situado en los 2,9 kg.
Cuando una persona deja de fumar, su peso aumenta entre cuatro y cinco kilos durante el primer año, así lo indica el estudio que publica la revista British Medical Journal, y muestra como el exfumador gana gran parte del peso durante los primeros tres meses de dejar el hábito de fumar.
El resultado puede ser peligroso porque los beneficios de dejar de fumar superan notablemente los posibles riesgos de ganar peso, los pacientes que no siguieron ninguna terapia aumentaron 1,1 kg el primer mes, mientras que su peso subió a 2,3 kg el segundo mes, 2,9 kg el tercero, 4,2 kg al medio año, y 4,7 kg a los 12 meses. En relación con las personas que dejaron el hábito con ayuda de un tratamiento, los resultados son muy similares y la preocupación también.
El trabajo señala que ganar peso es algo que inquieta a las personas que intentan abandonar el hábito del tabaco, sobre todo a las mujeres. Según los resultados, las fumadoras solo están dispuestas a engordar, como máximo, 2,3 kg si dejan de fumar.
Engordar cinco kilos no es bueno ni malo, depende de tu índice de masa corporal,;el investigador destaca que ganar peso tiene dos componentes muy claros, estética y salud.
Sin embargo, hay excepciones en los resultados del estudio, mientras que el 13% gana más de 10 kg después del año, un 16% de los exfumadores pierde peso. Los investigadores concluyen que son necesarios más análisis para identificar qué personas corren más riesgo de aumentar peso y prevenirlo.
Tres cuartas partes de la población dejan de fumar sin ayuda externa, la mayoría lo consigue con fuerza de voluntad, así como apoyo social y familiar.