La deficiencia de zinc puede ser hereditaria, en la forma de acrodermatitis enteropática, una enfermedad en la absorción de zinc o adquirida generalmente en alcohólicos.
El zinc es un elemento esencial que participa de en funciones regulatorias catalíticas y estructurales importantes en el organismo. La deficiencia de zinc ocasiona manifestaciones multisistémicas, algunas veces fatales si no se detecta y se corrige en forma temprana. El síndrome clínico de la deficiencia de zinc se caracteriza por la tríada de dermatitis acral, alopecía y diarrea.
Es muy representativo el caso de deficiencia de zinc adquirida con la tríada clásica en una mujer de 24 años, diagnosticada y tratada erróneamente y se destaca la respuesta con el suplemento de zinc.
Una mujer de 24 años con erosiones en el cuerpo y diarrea recurrente de 6 meses de duración. Hacía 6 meses, había presentado inicialmente ampollas y erosión en la pierna izquierda; posteriormente aparecieron erosiones similares en las manos, área perioral, periné y en las prominencias óseas. Refería pérdida de peso de 5 Kg en 6 meses, y caída de cabello, fatiga, dolor en la boca y mala cicatrización de heridas.
No presentaba otras comorbilidades; no presentaba antecedentes familiares de enfermedad similar. Sin antecedentes de enfermedades intestinales.
La ingesta de comida fue pobre el último año. Fue tratada con corticoides por la sospecha de pénfigo vulgar, sin presentar mejoría, en el exámen físico, mostraba palidez, múltiples erosiones, húmedas, eritematosas con márgenes irregulares en el dorso de las manos y pies, y área perioral, fosa cubital, área perigenital, perianal, región glútea y muslos. Presentaba caída de cabello difusa.
Las uñas presentaban líneas de Beau y en la mucosa oral se observaba glositis. La hemoglobina era de 12 g/dl. La ecografía de abdomen y la endoscopía gastrointestinal fueron normales.
La biopsia de piel mostró espongiosis, paraqueratosis, adelgazamiento de la capa granulosa e infiltrado dérmico superficial, compatible con deficiencia nutricional.
Las erosiones comenzaron a secarse en 3 días y se curaron en 1 semana. Fue dada de alta con suplementos de zinc y de hierro luego de la curación de las lesiones en 2 semanas. En el seguimiento a los 6 meses, no presentó recaídas.
El zinc es un importante constituyente del sitio catalítico de varias metaloenzimas vitales en el cuerpo como la anhidrasa carbónica y la fosfatasa alcalina.
El zinc se absorbe principalmente en yeyuno por la proteína transportadora ZiP4. Los niveles de zinc disminuyen progresivamente en la leche humana; sin embargo la biodisponibilidad es mayor en leche humana que en la de vaca.
La deficiencia adquirida de zinc se ha reportado en varias enfermedades como anorexia nerviosa, alcoholismo, enfermedad inflamatoria intestinal, síndromes de asa ciega, nutrición parenteral total, defecto de la secreción mamaria de zinc ( acrodermatitis enteropática lactogénica), esprue y otros síndromes de malabsorción intestinal, enfermedades pancreáticas, quemaduras, malignidades y enfermedades renales. La paciente presentaba deficiencia de zinc por déficit de ingesta.
Los hallazgos dermatológicos típicos del déficit de zinc son parches secos, escamosos, bien delimitados, eccematosos en la cara y en el área anogenital, que pueden hacerse vesiculosas, pustulosas o descamativas. Son típicas las placas psoriasiformes en la superficie extensora de los brazos y piernas. Las uñas manifiestan paroniquia y crestas transversas.
En el cuero cabelludo se observa alopecía generalizada o cabello seco, sin brillo, frágil.
Las manifestaciones sistémicas de la deficiencia de zinc son diarrea, anorexia, retraso en el crecimiento, fotofobia, opacidades corneales, hipogeusia, hiposmia, hipogonadismo, amenorrea, anemia, deterioro en la cicatrización de heridas, ronquera, problemas neuropsiquiátricos, morbilidad perinatal, debido al incremento del requerimiento de zinc en el embarazo.
Los diagnósticos diferenciales histopatológicos incluyen eritema migratorio necrolítico, observado en el glucagonoma y la pelagra.
La complicación más seria de la acrodermatitis enteropática es la alta morbilidad y mortalidad causada por las infecciones secundarias. Los patógenos más comunes son la Cándida albicans, Estafilococo aureus y Pseudomona aeruginosa. En el pasado, las formas heredadas eran fatales antes del suplemento de zinc.
Este caso destaca la deficiencia aislada de zinc que puede ocurrir en adultos y debe considerarse para tratarla adecuadamente.