La pérdida de firmeza de la piel, es sin duda uno de los primeros síntomas del envejecimiento; sin embargo, no es un tema exclusivo de la edad, ya que son varios factores los que contribuyen a que esto suceda. Afortunadamente, existen formas para ayudarnos a que «todo» permanezca en su lugar por más tiempo.
Para poder cuidar la firmeza de la piel, hay que conocer la diferencia que existe entre firmeza, elasticidad y tonicidad:
Firmeza: Es la capacidad que tiene la piel de resistir las deformaciones que sufre cuando es sometida a una tensión mecánica de presión. Específicamente, la dermis ayuda a esta resistencia con sus fibras de colágena.
Elasticidad: Es lo que brinda el efecto de tersura para volver al estado inicial y sin deformaciones cuando se somete a una tensión mecánica de elongación.
Tonicidad: Es el resultado de la firmeza y la elasticidad que nos da como resultado la calidad general de la piel. Conforme pasan los años, la renovación celular se hace cada vez más lenta. Esto contribuye a la pérdida de firmeza y elasticidad de la piel. Son muchos los motivos que pueden llevar a un progresivo relajamiento y flacidez de nuestra piel. Entre los más significativos podemos citar:
La exposición prolongada al sol no es una buena idea si quieres mantener la firmeza de tu piel.
El paso del tiempo indudablemente afecta, ya que con los años las células pierden la capacidad de regeneración, se reduce la circulación de la sangre, asís como el aporte de oxígeno y la nutrición de las células de la piel.
El embarazo es una prueba extrema para la piel ya que las fibras elásticas se ven sometidas a una gran tensión debido a los cambios hormonales y naturales de esta etapa. Si no se trata con todos los cuidados necesarios sufrirá las consecuencias: flacidez y estrías.
Los cambios bruscos de peso, por lo que lo recomendable es bajar lentamente de peso y ya que se ha conseguido la meta deseada, cuidarse y conservar el peso ideal.
El sedentarismo afecta la firmeza y el tono de nuestra piel. El ejercicio es un gran estimulante de todos los procesos que ponen en marcha la renovación de la piel, incrementa el drenaje linfático y estimula la circulación sanguínea.
Malos hábitos como el tabaco, el alcohol, una mala alimentación y la falta de sueño, son sin duda enemigos de nuestra piel ya que aceleran el envejecimiento, la deshidratación y la oxidación.
Qué puedes hacer para tener una piel bella y firme por más tiempo:
– Consume alimentos ricos en antioxidantes (como las frutas); éstos se encargarán de disminuir la cantidad de radicales libres circulantes en tu cuerpo, que entre otras cosas, causan el envejecimiento de la piel.
– Las vitaminas que no deben faltar para cuidar la firmeza de tu piel son las vitaminas E y C.
– Para combatir líneas de expresión, aplica productos que ayuden a producir colágena y glicosaminoglicanos que son los elementos que aportan densidad a la piel.
– La estimulación de la piel es muy importante; ésta puede llevarse a cabo de dos formas: mediante el ejercicio físico que tonifica la masa muscular y tensa los tejidos; o bien, mediante masajes que aumentan la circulación sanguínea.
– Aplicación de cremas reafirmantes; el éxito de todo producto se basa en la constancia, en la forma de cómo se aplica y el tiempo que le dediques a esta rutina, tal y como si fuera una rutina de ejercicio diario.
– Aplica un producto específico para cada región: rostro, cuello, contorno de ojos, abdomen o piernas.
Es importante que sepas que la pérdida de firmeza de la piel muchas veces tiene que ver con la genética. No existe una edad específica para que comiences a sentir los efectos de la edad, sin embargo todo el cuidado que podamos dar a nuestra piel, ayudará a que lleguemos mejor preparadas a ese inevitable momento.