El sentimiento de disonancia con el género biólogico puede comenzar a los 2 años, la mayoría de los transexuales definen la adolescencia como un período clave en la construcción de su identidad, sexual cuando las sospechas se confirman y no pueden dejar de afrontar que el sexo biológico con el que nacieron no corresponde con el que sienten.
Cuando eres un niño te comportas tal y cómo te sientes, pero en la adolescencia cuando empiezas a madurar y relacionarte con más personas de tu edad y a rechazar los cambios que se producen en tu cuerpo, comienza el conflicto, la frustración, la tristeza y otra serie de problemas, comenta Cristina Gimeno, secretaria de la organización Transexualia en España.
Durante la adolescencia el cuerpo se transforma más visiblemente, se arma para dar forma a los instrumentos que van a definirnos antes que ninguna otra cosa: nuestro género. Y es el punto de partida que marca el inicio de una espiral de marginalización. El espectro del mundo sexual es muy amplio a continuación:
Travesti. Sólo necesitan trasvertirse y utilizar las ropas, el maquillaje o la indumentaria del otro sexo pero no se someten a una operación de cambio de sexo. A veces se someten a terapias hormonales. Puede ser un estado inicial de cualquiera de las otras dos condiciones.
Transgénero. Se encuentran a gusto con sus genitales pero se comportan de una forma asignada socialmente al sexo contrario. En la mayoría de los casos requieren terapias hormonales o de cirugía estética.
Transexual. Persona que no se siente de acuerdo al sexo biológico con el que nació, busca normalmente una intervención quirúrgica de reasignación de género.
El rechazo en la escuela, la exclusión escolar condena a trabajos poco calificados, la prostitución, la marginalización, la exclusión, la calle… La historia es conocida, las personas trans en el momento de transición que se inicia en la adolescencia son extremadamente vulnerables, pues también son detectables. Es una población con niveles educativos bajos porque el sistema social les ha bloqueado las oportunidades.
En la adolescencia es cuando comienzan a automedicarse. Un altísimo porcentaje de la población transexual, casi su totalidad, se autoinyecta hormonas, siliconas u otros implantes sin ningún tipo de supervisión médica. El proceso de construcción corporal en términos de salud es tan alto que, a algunos de ellos, les costará la vida unos años más tarde.
Las cirugías de reparación de las terribles consecuencias de hacerse tratamientos sin supervisión médica son constantes, porque esa silicona inyectada directamente en el músculo puede infiltrarse al torrente sanguíneo y tiene graves consecuencias, incluso la muerte.
No hay una fórmula que valga para todos, ni todos sienten de la misma manera.
Hay países donde una reciente legislación permite a las personas que expresen un género diferente al cual consta en su documentación, acceder al reconocimiento de su identidad de género, obteniendo un cambio de nombre en la cédula personal y resto de papeles oficiales de acuerdo con el sexo sentido y expresado, en la mayoría de los países de América Latina las personas «trans» tienen que someterse a la humillación cotidiana de que el nombre en su cédula personal no coincida con el que usan, y a sufrir el escarnio público en consultas de médicos, aduanas y otros lugares públicos.