Los investigadores de la Universidad agrícola de China introdujeron genes humanos en el ADN de varias vacas y desarrollaron embriones que posteriormente implantaron en otras vacas.
Así produjeron especies transgénicas que producen leche que contiene Lysozyme, una proteína que ayuda a proteger a los bebés de infecciones durante los primeros meses de nacidos.
También contiene otras dos proteínas, alpha-lactalbumina y lactoferrina, que refuerzan el número de células inmunológicas en los infantes.
Los investigadores consideran que esta leche constituye una alternativa viable a la materna, Ning Li, profesor de la Universidad Agropecuaria de China, quien dirigió el estudio, afirma ésta leche tiene un valor nutricional similar y no plantea riesgos para la salud.
Estiman que en diez años esta leche puede estar disponible para el consumo, el estudio, publicado en la revista Public Library of Science One, volvió a poner sobre el tapete la discusión de qué tan seguro es el consumo de alimentos provenientes de animales genéticamente modificados.
En Gran Bretaña, la Real Sociedad para la Protección de los Animales (RSPCA por sus siglas en ingles) comento estar extremadamente preocupada en relación con la cría de vacas que han sido alteradas para producir leche similar a la humana.
Calie Rydings, portavoz del organismo explicó que las crías de animales clonados con frecuencia tienen problemas de salud, de manera que esto también es motivo de preocupación, pero Keith Campbell, profesor de Biología de la Universidad de Nottingham, descartó que haya riesgos asociados con la modificación genética de estos animales.
Muchos se preguntan qué ofrece esta leche que no esté ya al alcance de los humanos, el académico también aclaró que en este caso no se trata de animales clonados, sino transgénicos.
No hay ningún problema con esta leche derivada de la modificación genética, sin embargo, hay que analizar qué alimento se está produciendo y la concentración de este producto que entra en la cadena alimenticia, hay que asegurar un control de calidad en términos de la cantidad de proteína, por ejemplo lactoferrina, que contiene la leche y los niveles de actividad de esa proteína.
Algunos investigadores destacan que este producto puede ser una alternativa para aquellos bebés cuyas madres no están en condiciones de lactar por razones de salud.
Puede ser que se esté pensando en esto como una alternativa para el caso de madres cuyo nivel de nutrición es pobre y no tienen posibilidades de lactar y quizás hay un alto riesgo de infección, comento Keith Campbell.