La córnea artificial o querato-prótesis es un dispositivo de plástico que se coloca en el sitio que ocuparía en condiciones normales la córnea, es decir la estructura en forma de carátula de reloj que recubre la parte del ojo que tiene color (el iris) y el orificio por el cual entra el haz de luz (la pupila).
La córnea artificial está compuesta por un hidrogel que almacena una gran cantidad de agua, similar a la que contienen los tejidos biológicos. La córnea artificial está conformada por una red de moléculas de polietilenglicol y otra de ácido poliacrílico.
El centro de la córnea artificial se adecua para desempeñar la función óptica que normalmente ejerce la córnea y la periferia de la córnea artificial cuenta con poros que resguardan las células que permiten la unión de la córnea artificial con la conjuntiva, que es el tejido que recubre el ojo y la porción interna de los párpados.
El desarrollo de la córnea artificial es una excelente opción para las personas que perdieron la visión por accidentes y enfermedades que atacan la córnea como el herpes, entre otras condiciones.
La cirugía para colocar una córnea artificial tiene una duración aproximada de 2 horas y se realiza con anestesia local.