Los hijos de mujeres que fumaron durante el embarazo son más propensos a necesitar medicamentos psiquiátricos, como antidepresivos, estimulantes y fármacos para las adicciones, según un estudio realizado en Finlandia, a cargo del Dr. Mikael Ekblad, del Hospital Universitario de Turku, en Finlandia.
Los resultados aportan una prueba más para que las mujeres no consuman cigarrillos en ese período, explican los autores en American Journal of Epidemiology.
El estudio coincide con la literatura sobre los efectos de la exposición al humo prenatal y de segunda mano en la salud mental de los hijos, comenta el Dr Michael Weitzman, experto del Centro Médico de la New York University.
El Dr. Weitzman considera que es la primera investigación que conoce sobre el uso de terapias psiquiátricas en hijos de fumadoras.
Esto, es importante porque el seguimiento de las recetas identifica más trastornos leves que los estudios limitados a los niños hospitalizados por problemas mentales.
El equipo de Mikael Ekblad, utilizó datos de 175.000 niños nacidos en Finlandia entre 1987 y 1989. En ese momento, las parteras les preguntaban a las madres si habían fumado durante el embarazo.
Luego, comparó esos registros con una base de datos nacional de recetas con cobertura del seguro de salud extendidas entre 1994 y el 2007, cuando los niños tenían entre cinco y 20 años.
En ese período, a uno de cada 11 se le había recetado un fármaco psiquiátrico, como ansiolíticos, antipsicóticos, antidepresivos, estimulantes y medicamentos para las adicciones.
El 8 % de los hijos de mujeres que no habían fumado en el embarazo utilizaba por lo menos uno de esos fármacos durante el estudio, comparado con el 11 % de los hijos de usuarias de menos de 10 cigarrillos diarios y casi el 14 % de las que fumaban más de 10 cigarrillos al día.
La relación se mantuvo tras separar a los bebés muy pequeños o prematuros, dos factores que también pueden influir en el desarrollo mental, y al analizar cada tipo de fármaco.
La asociación se volvió más sólida con los estimulantes para tratar los problemas de atención/hiperactividad y con los medicamentos para las adicciones.
Se desconoce cómo exactamente el tabaquismo altera el cerebro de un bebé o un niño. El equipo opina que la nicotina podría influir en el desarrollo cerebral o que, cuando la madre fuma, disminuiría el oxígeno disponible para el feto.
Fuente: American Journal of Epidemiology