En un estudio efectuado por el Dr. Jin-ho Park, de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Seúl en Corea del Sur, determinaron que el consumo de alcohol estuvo asociado en los hombres con el riesgo de desarrollar síntomas de vejiga hiperactiva.
La relación entre el consumo de alcohol y los síntomas de vejiga hiperactiva tuvo una curva con forma de J, en la que la mayor frecuencia de síntomas se registraba en los que se abstenían de consumir alcohol o en aquellos que ingerían 40 gramos por día o más, y la menor frecuencia de síntomas se observaba en los que bebían entre 20 y 30 gramos diarios de bebidas alcohólicas.
El equipo del Dr. Jin-ho Park, obtuvo esos resultados tras analizar información de más de 30.000 hombres mayores de 30 años.
A todos los participantes se les habían realizado controles rutinarios del estado de salud general en el Centro Gangnam del Sistema de Atención de la Salud del Hospital de la Universidad Nacional de Seúl, se excluyeron los hombres con enfermedad prostática.
El 28,4% de los hombres tenía síntomas de vejiga hiperactiva moderados o graves (es decir, un resultado de ocho o más en la Escala Internacional de Síntomas Prostáticos).
Siete de cada ocho pacientes el 83,7% consumía alcohol, según precisa el equipo en el estudio que se publico en la revista Journal of Urology.
La prevalencia de los síntomas moderados a graves también tuvieron una curva con forma de J y las frecuencias más bajas en los grupos que consumían 0 a 10 g/día el 26,5% y 20 a 30 g/día el 25,5%, mientras que las frecuencias más altas se registraron en los hombres que no bebían alcohol el 30,7% y los que consumían 40 g/día o más el 31%.
La prevalencia de los síntomas moderados o graves durante la acumulación de orina fue más baja en los grupos que consumían 0-10 y 10-20 g/día, y más alta en los grupos que ingerían cero y más de 40 g/día.
El consumo de alcohol leve a moderado ayudaría a los hombres a reducir los síntomas de vejiga hiperactiva, mientras que el consumo excesivo agravaría esos síntomas. De todos modos, se sugiere que la recomendación de beber alcohol sea individualizada, según los factores de riesgo biológicos y clínicos de cada paciente.
Fuente: Journal of Urology