El suicidio asistido incita los sentimientos de conflicto moral, aislamiento y secreto en los familiares.
En el duelo antes y después de que un ser querido se suicida con asistencia médica, surgen tres emociones, según sugiere un estudio realizado por la Dra. Claudia Gamondi, del Instituto de Oncología de Suiza del Sur.
Los familiares del paciente atravesarían un conflicto moral, preferirían mantener el suicidio en secreto y, a menudo como una consecuencia, se aislan de su entorno. Los profesionales de la salud deben prestar atención a estas cuestiones, el manejo del suicidio asistido debe incluir cláusulas para los integrantes de la familia.
Un reconocimiento y una evaluación adecuados de la experiencia de los familiares es fundamental para acompañarlos durante el proceso, opina la Dra. Gamondi, conocer las experiencias de los familiares debe ser un elemento clave de los estudios sobre el suicidio asistido. Suiza es uno de los pocos países y estados en los que no se penaliza el suicidio médicamente asistido.
Para el estudio, los autores entrevistaron a 11 integrantes familiares de ocho pacientes cuyos médicos los habían asistido en el suicidio. Se comunicaron con 15, y cuatro rechazaron participar porque les habría costado hacerlo.
Todos los participantes expresaron sentimientos de conflicto moral con la decisión de su ser querido de ponerle fin a su vida. Sus dilemas incluyeron preguntas como si era correcto hacerlo, si era el momento adecuado y si y cómo debían participar de esa decisión. En algunos casos, el conflicto se mantuvo meses después del suicidio.
Seis participantes tuvieron un papel activo en la decisión al proponer el suicidio o participar del proceso. Este grupo tendió a resolver sus conflictos morales y no se cuestionó tanto como los cinco con un papel pasivo.
Además de esa ambigüedad moral, los participantes tenían la necesidad de guardar el secreto, todos los familiares, independientemente de sus puntos de vista, parecían no estar preparados para hablar sobre el tipo de muerte o su participación en el proceso.
Los participantes se sintieron aislados de sus amigos y comunidades, en parte porque sentían que debían guardar un secreto. Los resultados revelan la necesidad de contar con guías para la atención de los familiares de los pacientes que eligen esa forma de morir y, también, de nuevos estudios sobre el efecto que tendrían esas guías.
Fuente: BMJ, Supportive and Palliative Care