La diarrea infantil no es en sí una enfermedad sino un síntoma de infección causada por algún germen, bacteria, virus, toxina; por la ingesta de antibióticos; por la intolerancia a la lactosa que modifica el tránsito intestinal.
Una causa habitual de diarrea también puede ser la ingestión de alimentos o agua contaminados, entre otras cosas.
Un niño tiene diarrea cuando va más veces al baño de lo normal y sus evacuaciones son más líquidas, y en algunos casos puede presentar fiebre o vómitos. Por lo general, la diarrea en un niño se puede controlar y mejorar en unos días; pero si no se trata adecuadamente, puede provocar graves consecuencias como la deshidratación y en algunos casos hasta la muerte.
La mayoría de los casos pediátricos de diarrea son causados por virus (70 a 90%) y en particular el rotavirus es el mayor agente al representar entre el 40 y 60% de todos los episodios de diarrea, en especial en niños de 6 a 24 meses. A la diarrea provocada por rotavirus se la denomina aguda y es responsable de la internación de unos 20.000 niños cada año y de la muerte de uno cada tres días.
El índice de infección y mortalidad por esta condición es muy alto: se estima que en países como México, todos los niños tendrán infecciones por rotavirus antes de cumplir los 5 años y aproximadamente 1 de cada 250 morirá.
¿QUÉ HACER CUANDO UN NIÑO TIENE DIARREA?
Si observa que el niño llora sin lágrimas; tiene los ojos hundidos, mucha sed, la boca seca, sangre en las evacuaciones y/o vomita constantemente; debe acudir de inmediato a la sala de urgencias o a su médico, pues es posible que esté deshidratado.
La deshidratación es la complicación de la diarrea que causa más problemas y a la que hay que poner más atención. Básicamente, un niño se deshidrata cuando no tiene en su cuerpo la cantidad de agua suficiente. En este caso, es recomendable su rehidratación oral siguiendo las indicaciones del médico.
La OMS recomienda darle a los niños con síntomas de deshidratación el suero oral, ya que cuenta con la formula exacta para la correcta hidratación. Se trata de una intervención simple pero según el informe de la OMS, solamente el 39% de los niños que presentan diarrea reciben el tratamiento recomendado.
Otra práctica que ha demostrado ser muy efectiva para la prevención es el lavado de manos con agua y jabón que reduce la incidencia de enfermedades diarreicas en más del 40%.
El desequilibrio en la flora intestinal provocado por la diarrea tiene consecuencias en todo el organismo: alteración del sistema inmune, baja absorción de nutrientes y reducción de la protección contra patógenos por lo que es fundamental su regeneración tanto durante la detección de la diarrea como luego del cuadro. Una alternativa natural para lograrlo es la administración de probióticos.
La palabra probiótico significa “a favor de la vida”, y es el término que se emplea para denominar a microorganismos vivos o bacterias amistosas, que conviven en nuestro tracto intestinal en simbiosis con el cuerpo. Cuando los probióticos son ingeridos en cantidades suficientes, tienen efectos benéficos en la salud, lo que va más allá de los efectos nutricionales convencionales.
Hay muchos tipos de probióticos hechos a partir de alguna cepa de microorganismos, como lactobacilos, B. clausii y Saccharomyces; entre otros.
En particular, el Bacillus clausii mostró que es capaz de erradicar la infección por rotavirus (germen más habitual causante de gastroenteritis infecciosa en la edad pediátrica) acortando la duración de la diarrea.
En síntesis, los probióticos son coadyuvantes de un tratamiento para la restauración de la flora intestinal. El Bacillus clausii demostró su seguridad y buena tolerabilidad en la evidencia y experiencia internacional.
PRÁCTICAS PARA PREVENIR LA DIARREA EN NIÑOS
-La lactancia desde temprana edad ayuda a que el organismo del niño desarrolle defensas y pueda resistir enfermedades.
-Cumplir con el esquema de vacunación
-Asegurar que el agua que beba esté hervida o sea embotellada
-Lavarse las manos al preparar cualquier alimento para la familia
-Enseñar a los niños a lavarse las manos con agua y jabón antes de comer y después de ir al baño
-Lavar y cocinar bien las verduras, frutas, pollo, carne y pescado
-Limpiar bien los utensilios y superficies usadas para preparar todos los alimentos
-Revisar siempre la fecha de caducida de los alimentosenlatados
-Ofrecer a los niños una dieta balanceada para evitar una mala nutrición
-No consumir alimentos de puestos ambulantes o en lugares que no sean higiénicos