Prevenir el abuso sexual infantil es una tarea dificil para los padres, los cuidadores, y la sociedad en general, todos debemos estar involucrados en ello.
Antes de considerar medidas preventivas directas, los padres deben iniciar el buen trato hacia los niños. Es decir, reconocer al niño como una persona con todos sus derechos, respetar el desarrollo evolutivo del niño, establecer empatía y comunicación con él, crear un vínculo afectivo e interactivo y resolver sus problemas de una forma positiva y no violenta.
Las siguientes medidas preventivas, pueden proteger a sus hijos de sufrir abuso:
– Diga a los niños que si alguien trata de tocar su cuerpo y de hacerle cosas que le hacen sentir raro, diga NO a la persona y que lo cuente a otras personas de su confianza enseguida.
– Enseñe a los niños que el respeto a los mayores no quiere decir que tengan que obedecer ciegamente a los adultos y a las figuras de autoridad.
– Explíquele la diferencia entre una expresión de cariño y una caricia sexual.
– Escuche sus dudas y responda a sus preguntas con sencillez y serenidad.
– Demuéstrele confianza para que exista una mejor y mayor comunicación.
– Deposite su confianza en el niño si le comunica que está en riesgo de ser abusado sexualmente
– Demúestrele aún más su cariño y afecto.
Es importante siempre prestar atención a lo que dicen los hijos. Muchas veces las múltiples actividades laborales y sociales, así como el estrés cotidiano impiden escuchar atentamente lo que un niño desea comunicar. Hay que tomarse el tiempo hablar con los hijos de los temas que les interesan. Un pequeño que ve que se le «oye» pero no se le «escucha», va a acabar por no comentar lo que le importa porque sabe que no le prestan atención.
Además hay que recordar que en muchos casos, la persona que comete el abuso tanto físico como emocional o sexual con un niño, es alguien cercano a el, con quien existe un vículo en ocasiones hasta afectivo.
Como padres tenemos la obligación de respetar a nuestros hijos como individuos. Debemos estar alerta del comportamiento que los adultos o niños más grandes tienen hacia ellos y protegerlos de cualquier persona que los pueda lastimar, sea quien sea.
Contar con un canal de comunicación abierto y envuelto en cariño contribuye sustancialmente a lograr que un niño cuente lo que le ocurre, sabiendo que será escuchado, creído y nunca regañado por ello.