Una herramienta altamente socorrida para calmar a un bebé en llanto es el ponerle sonidos constantes como un latido cardiaco, música o el sonido del correr del agua. Si bien los efectos pueden ser tranquilizantes para el bebé no están libres de riesgos.
Un reciente estudio publicado en la revista médica Pediatrics, revela que los aparados que están a la venta para generar sonidos que tranquilizan a los bebés pueden ocasionar daño auditivo permanente a los pequeños.
Estas máquinas tienen la capacidad de generar sonidos que superan el límite de decibeles recomendado para los lugares de trabajo y más elevados que el ruido permitido en los cuneros de hospitales, que es de 50 decibeles.
Es común que los padres dejen encendidos estos aparatos toda la noche y a un volumen suficientemente alto como para disimular otros sonidos ambientes que pudieran perturbar el sueño del bebé, pero esto puede ocasionar trauma acústico al pequeño.
Es importante que mientras estos aparatos no se vendan con límites permitidos, los padres que opten por usarlos, lo hagan con un volumen bajo, los coloquen lejos del bebé para no dañar su audición y no los dejen encendidos durante toda la noche.
Para inducir un sueño profundo y placentero, es recomendable establecer rutinas como bañar al bebé antes de dormir, darle de cenar y cantarle una canción de cuna tradicional, en la armoniosa y tranquilizante voz de mamá o papá.
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