La terapia está siendo probada por investigadores en el Reino Unido como tratamiento para la depresión crónica y la hipertensión en ensayos clínicos separados.
El tratamiento involucra perforar el cráneo del paciente para implantar electrodos que emiten pulsos de electricidad para estimular áreas específicas del cerebro.
La DBS ya ha sido probada con pacientes que sufren enfermedad de Parkinson y algunos científicos creen que la técnica tiene un enorme potencial para el tratamiento de otras enfermedades.
Los estudios se llevan a cabo por investigadores del Hospital Frenchay, en Bristol, Inglaterra.
La primera paciente a quien se le implantaron los electrodos fue Sheila Cook, de 62 años, quien había padecido depresión crónica durante 9 años.
La paciente comentó “Sólo quería que mi vida terminara. Era como estar un túnel oscuro donde no había luz al final, sólo oscuridad». Después del tratamiento tuvo un efecto beneficioso de corto plazo y la paciente fue sometida a otra operación, llamada neurocirugía estereotáctica para mejorar su estado.
La DBS funciona inhibiendo o estimulando los circuitos cerebrales que son específicos a la enfermedad que se desea tratar.
La técnica, también puede utilizarse dirigiéndola a otras zonas del cerebro que regulan otras funciones del organismo.