Una reciente investigación dirigida por Kimberly Schonert-Reichl, psicóloga evolutiva de la Universidad de British Columbia en Vancouver Canada, indica que los niños que son más amables también son más felices y más populares. Este hallazgo sugiere que los simples actos de bondad pueden ayudar a reducir la intimidación.
La relación entre la felicidad y la conducta prosocial como la bondad hacia los demás al parecer va en ambos sentidos: no sólo las personas felices suelen hacer bien a los demás, al ser más prosociales aumenta el sentimiento de bienestar.
En base a esta investigación los científicos llevaron a cabo lo que dicen fue el primer experimento a largo plazo analizando la bondad en pre-adolescentes.
Los investigadores dieron seguimiento a más de 400 pre-adolescentes de 9 a 12, que asisten a escuelas primarias.
Los estudiantes fueron asignados al azar en 2 grupos, a la mitad de los estudiantes se les preguntó si sus padres los llevaron a visitar lugares agradables, como parques infantiles, canchas de béisbol, centros comerciales o la casa de los abuelos, a los otros estudiantes se les pidió que realizaran actos de bondad, como compartir su almuerzo o dar un abrazo a su mamá cuando ella se sentía estresada por su trabajo.
Les dieron ejemplos de actos de bondad, dejando a los niños a decidir lo que era un acto de bondad, comenta la investigadora Schonert-Reichl. Se les pidió que informaran lo felices que eran con sus compañeros de clase y que identificaran en que les gustaría trabajar en las actividades escolares.
Después de cuatro semanas, ambos grupos dijeron ser más felices, y los niños que habían realizado actos de bondad reportaron haber experimentado una mayor aceptación por parte de sus compañeros.
Se puede ver que esta simple intervención no sólo aumenta la felicidad, sino que hace que los niños se sientan más a gusto en el salón de clases, los resultados del estudio fueron publicados en la revista PlosOne