Hoy por hoy, el matrimonio y la convivencia son dos opciones socialmente aceptables para una pareja enamorada. Pero, ¿hay alguno que sea mejor que otro? Aparentemente, el matrimonio brinda pocas ventajas en términos de bienestar, salud y lazos sociales en comparación con la convivencia, estos beneficios se diluyen con el tiempo.
La economista Kelly Musick de la Universidad de Cornell en EUA, realizó una investigación que llegó a estas conclusiones. Su estudio analizó los cambios que genera en las personas el paso de la vida de soltero al matrimonio y la convivencia. A su vez, registró si estas modificaciones persisten en el tiempo o van desvaneciéndose.
La investigación encontró que el matrimonio no es de ninguna manera único en la promoción del bienestar, ya que otras formas de relaciones románticas proveen muchos de los mismos beneficios, asegura la especialista, cuyas conclusiones fueron publicadas en el Journal of Marriage and Family.
Musick explica que el matrimonio fue durante mucho tiempo una importante institución social pero en las décadas recientes hubo un aumento en la convivencia, antes o en vez del matrimonio. Estos cambios borraron las fronteras del matrimonio, generando interrogantes en torno a que diferencia tiene el matrimonio en comparación con las otras alternativas.
Para contestar a esa pregunta la experta trabajó con 2.737 hombres y mujeres solteros, de los cuales 896 pasaron a estar casados o a convivir en los seis años posteriores al comienzo de la investigación. A lo largo de todo el período Musick analizó a fondo diversos factores relacionados al bienestar, como la salud física, la alegría, la depresión y los lazos sociales.
Y resultó que tanto el matrimonio como la convivencia comienzan con un período de felicidad y disminución en los síntomas de la depresión, esta etapa dura poco, la diferencia entre matrimonio y convivencia tiende a ser pequeña y se disipa tras un período de luna de miel. Las parejas casadas experimentan ganancias en el área de la salud, como el acceso a una mejor obra social, pero las personas que conviven obtienen más felicidad y autoestima.
La especialista considera que esta diferencia se debe a que la convivencia tiene menos obligaciones no deseadas que el matrimonio, por lo cual permitiría más flexibilidad, autonomía y crecimiento personal, la investigación también encontró que tanto el matrimonio como la convivencia generan un distanciamiento de la familia y los amigos en la mayoría de las personas.